El presidente colombiano Gustavo Petro reafirmó su apoyo a Panamá tras las declaraciones de Donald Trump, quien amenazó con recuperar el control del Canal de Panamá. "Las tarifas que cobra Panamá son ridículas, especialmente sabiendo la extraordinaria generosidad que ha sido otorgada a Panamá por Estados Unidos. Está completa 'estafa' a nuestro país cesará de inmediato", aseguró el próximo mandatario estadounidense.
En un mensaje contundente publicado en su cuenta de X, Petro expresó que "hasta las últimas consecuencias estaré al lado de Panamá" y subrayó que la dignidad de la nación panameña no será objeto de negociación. Esta postura se alinea con el rechazo del presidente panameño, José Raúl Mulino, quien defendió la soberanía de su país.
“Si el nuevo gobierno de EE. UU. quiere hablar de negocios, hablaremos de negocios, de tú a tú, y en beneficio de nuestros pueblos, pero jamás, se negociará la dignidad”, señaló Petro.
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El presidente de Colombia señaló que cualquier intento de recuperar el control del canal por parte de Doanld Trump podría desencadenar una crisis migratoria aún mayor en el continente. "Si no quiere miriadas pasando el Darién, incrementadas por millones desde Panamá hasta México, debe entender que dependerá de la prosperidad y libertad de nuestros pueblos", afirmó Petro
El presidente panameño, José Raúl Mulino, también se pronunció enérgicamente contra las amenazas de Trump, y señaló que "cada metro cuadrado del Canal de Panamá y sus zonas adyacentes es de Panamá y lo seguirá siendo". Mulino cerró cualquier posibilidad de diálogo sobre el canal de navegación y enfatizó que la soberanía e independencia de Panamá son innegociables.
El Canal de Panamá, inaugurado en 1914, fue construido por Estados Unidos y administrado por este país hasta el 31 de diciembre de 1999, cuando fue traspasado a Panamá bajo los Tratados Torrijos-Carter. Este acuerdo marcó un hito en la historia panameña, consolidando su soberanía sobre una de las rutas marítimas más importantes del mundo.
El futuro presidente de Estados Unidos argumentó que su país es el "usuario número uno del Canal" con un 70% del tránsito relacionado con EE. UU. Esta afirmación ha sido recibida con escepticismo por parte de analistas y líderes políticos en América Latina.
