"Los últimos años están marcados para Belarús como un cierto giro hacia el Este. Sin embargo, esto es lo que Rusia está haciendo ahora también. Ya que no es culpa de Belarús, ni de Rusia lo que está ocurriendo en las relaciones internacionales. Vemos que la degradación del Occidente sólo conduce a ciertas dificultades y problemas."