El fútbol italiano se encuentra nuevamente envuelto en la polémica debido a un incidente ocurrido este domingo en la Serie B. Romano Floriani Mussolini, un joven delantero de 21 años y bisnieto del dictador Benito Mussolini, anotó su primer gol como profesional, dándole la victoria 1-0 a su equipo, el Juve Stabia, en el partido contra el Cesena. Sin embargo, el hecho ha generado una gran controversia, no tanto por el gol en sí, sino por los cánticos y gestos de los aficionados en la grada, que han provocado un nuevo foco de debate sobre la relación entre el fútbol y el legado fascista en Italia.
El tanto de Floriani Mussolini, que le permitió a su equipo lograr una victoria clave en la lucha por la permanencia en la Serie B, quedó rápidamente opacado por los acontecimientos que siguieron en las gradas. Tras el gol, los seguidores del Juve Stabia corearon el nombre del jugador, pero con una particularidad que ha despertado la indignación de muchos: en lugar de simplemente nombrarlo, comenzaron a gritar su apellido completo, “Mussolini”, aludiendo directamente a la figura histórica de su bisabuelo, Benito Mussolini, quien fue el dictador fascista de Italia durante el régimen de 1922 a 1943.
Lo más preocupante, sin embargo, no fue solo el uso del apellido, sino que la celebración estuvo acompañada de lo que varios medios italianos identificaron como el "saludo romano", un gesto utilizado por los fascistas durante la época de Mussolini y que está asociado con la ideología fascista. El saludo, en el que se extiende el brazo derecho en dirección al frente, es uno de los símbolos más reconocidos del régimen fascista y su aparición en un contexto deportivo ha causado una gran conmoción en Italia.
Tras el partido, Romano Floriani Mussolini fue entrevistado por la Gazzetta dello Sport, donde ofreció su versión de los hechos. El delantero, que actualmente está cedido por la Lazio al Juve Stabia, dejó claro que no le incomodaba el uso de su apellido Mussolini y expresó su preferencia por que lo llamaran simplemente "Romano Mussolini". Esta declaración ha añadido más leña al fuego, ya que muchos consideran que el joven jugador está abrazando, aunque de forma indirecta, la asociación con su bisabuelo, cuyas ideas fascistas siguen siendo motivo de controversia en la Italia moderna.
"Me gusta que me llamen Romano Mussolini", aseguró el jugador, quien no mencionó ni criticó directamente los cánticos ni el saludo fascista de la hinchada. Su postura y sus comentarios han sido interpretados de diferentes maneras. Mientras que algunos ven su declaración como una forma de reivindicación o aceptación del legado histórico de su familia, otros consideran que, al menos, debería haber tomado una posición más clara contra la utilización de su apellido en este contexto.
Por otro lado, otros defienden la libertad de expresión y argumentan que el jugador y los aficionados simplemente están celebrando el gol y el apellido de Floriani Mussolini sin intención de hacer apología del fascismo. Sin embargo, la asociación del apellido Mussolini con la ideología fascista es inevitable, lo que convierte este tipo de incidentes en puntos de conflicto recurrentes en el deporte italiano.