Los habitantes de la Gran Área Metropolitana (GAM) están a pocos años de quedarse sin un lugar adecuado donde tratar sus desechos sólidos, debido a que el único relleno sanitario que continúa en operación plena sufrió un dramático acortamiento de su vida útil.
Hace apenas ocho meses, los administradores del Parque de Tecnología Ambiental (PTA) Aczarri, en El Huazo, San Miguel de Desamparados, estimaron que las instalaciones tenían capacidad para recibir residuos durante siete años, pero ahora estiman un máximo de tres años.
¿Qué cambió las proyecciones? Son varias las razones que explicó Julien Charbonneau, director administrativo de EBI Costa Rica, empresa encargada de la administración de los PTA Aczarri y también del Parque de Tecnología Ambiental Uruka, en La Carpio.
Uno de esos factores es el cierre del relleno sanitario Los Pinos, ubicado en Cartago, lo que llevó a los municipios de Paraíso, Jiménez, Cervantes y El Guarco a llevar sus residuos a El Huazo. La medida representó el ingreso de 35.000 toneladas más de desechos durante 2024.
Otro factor es el inminente cierre del PTA Uruka. Cuando estas instalaciones dejen de recibir desperdicios, el PTA Aczarri quedará como el único relleno en operación de la GAM y recibiría 600 toneladas más al año, para llegar a un total de casi 3.000 toneladas por día.
“A La Carpio le quedan tres, cuatro meses, un poquito más tal vez, no creo que lleve más allá de eso. Esto cargaría más a El Huazo. Ahora recibimos entre 2.100 y 2.300 toneladas al día, podríamos llegar a las 3.000. Es difícil estimar la vida útil total pero sí se reducirá mucho, calculamos unos 2 o 3 años lo más”, señaló Charbonneau.
Al PTA Aczarri llegan los residuos de 35 municipalidades, que van desde sitios cercanos hasta cantones fronterizos con Panamá, como Corredores. Con el cierre del relleno de La Carpio aumenta la presión.
“Podrían recibirse 170.000 toneladas al año, un volumen muy complejo de manejar y que agota la vida útil del terreno”, indicó Janeth Bastardo, directora de Operaciones Logísticas y encargada de Gestión Municipal de EBI.
Para ambos, el problema es que no se visualizan opciones a corto plazo. Mientras no existan, la presión seguirá creciendo. En este momento, aseguraron, se reciben 200 camiones al día.
EBI ha hecho esfuerzos para optimizar los desechos que llegan. Uno de ellos es una planta de coprocesamiento, en alianza con la empresa Holcim, que separa la basura. Con esta medida se “ahorran” un mes de vida útil al año, pero saben que no es suficiente.
Janeth Bastardo manifestó que la situación se complica porque no hay opciones. La empresa tenía planes de nuevos parques de tecnología ambiental en otros sitios, como Miramar (Puntarenas) y San Miguel de Turrúcares (Alajuela), pero ninguno se ha concretado. Otras empresas enfrentan situaciones similares.
“La cantidad de camiones recolectores que llegan aquí es porque es la única alternativa para las municipalidades. Nuestro objetivo era regionalizar y tener varios sitios: Carpio, Desamparados, Miramar, Turrúcares, Limón. Eso nos permitía repartir. ¿Qué pasó? No se abrieron muchas de estas opciones y casi todo terminó en la GAM. Una municipalidad como la de Osa recorre 355 kilómetros“, detalló.
Por su parte, Julien Charbonneau admitió que nunca pensaron que iban a tardar tanto aprobando proyectos, tampoco que iban a recibir residuos de 35 municipalidades.
“Eran proyectos presentados hace más de 10 años y no hemos podido hacer nada. Cargamos con decisiones que no son nuestras”, aseveró.
Entre las inquietudes figura el hecho de que comenzar un proceso para un PTA requiere tiempo. Son trámites que, según Charbonneau, pueden tomar meses o años. Después, se debe adaptar el sitio y hacer las construcciones necesarias; eso puede tomar “un par de años” más.
“Va a llegar un momento en el que no haya espacio suficiente y que los nuevos lugares no estén listos”, declaró el director.
El Ministerio de Salud también ha reconocido preocupación. El Poder Ejecutivo impulsó un proyecto de ley para darle mayor poder a la cartera al momento de decidir sobre los sitios de disposición final de residuos, pero la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa rechazó trasladar del ámbito municipal a Salud la competencia para otorgar certificados de uso de suelo para la instalación de rellenos sanitarios.
La Nación solicitó conversar con un vocero de Salud. Inicialmente, se fijó la entrevista para el 4 de diciembre a las 4 p. m. y sería atendida por la ministra Mary Munive Angermüller. Minutos antes de esa hora se trasladó para las 5 p. m. y poco después fue cancelada con promesa de reprogramación.
Al no recibir nueva fecha y hora se enviaron tres correos para recordar la solicitud de entrevista con Munive u otro vocero. El 18 de diciembre, Salud indicó que por el cierre de año debería reprogramarse para el 2025. Se solicitaron datos sobre la situación nacional de los desechos y planes a corto plazo, pero no se recibieron.
Los gobiernos locales están preocupados por el agotamiento de los sitios de disposición final de sus desechos.
“Esto obliga a las municipalidades a plantearse nuevos esquemas de gestión”, comentó Edmundo Abellán Villegas, jefe del Departamento de Gestión Municipal del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM).
El IFAM está haciendo un levantamiento de las características de la recolección de basura: volumen, caracterización, porcentaje de desechos orgánicos, cantidad de maquinaria y de personal con el que cuentan, entre una larga lista de condiciones.
“Son unos 150 indicadores que nos permiten tener una idea para que se puedan plantear distintas estrategias para paliar la situación. Hay municipalidades muy diferentes según su población, extensión y actividades”, destacó Abellán.
Su preocupación es que se llegue a un punto de no retorno. “En el corto plazo los sitios de disposición final van a comenzar a rechazar a municipalidades, porque no van a tener capacidad”, advirtió.
Ante la falta de opciones en el Valle Central, todavía quedan varias en las lejanías. La empresa EBI tiene un relleno sanitario en Limón, que recibe la basura del cantón Central, Talamanca y Matina. Estas instalaciones tienen una vida útil aproximada de entre 15 y 20 años.
Otra es Tecnoambiente, ubicada en Miramar de Montes de Oro, Puntarenas. Su abogado y vocero, Juan José Echeverría Alfaro, confirmó que este sitio recibe residuos de 31 municipalidades y unas 50 empresas. Entre ellas destacan algunas del Pacifico sur y Central, de Guanacaste, la península de Nicoya y occidente de Alajuela.
Por día, allí llegan entre 1.600 y 1.700 toneladas de desechos. Estas instalaciones todavía tienen capacidad para 10 años, pero se adquirió una finca aledaña que aumentaría su vida útil a 20 años.
Además, una iniciativa de la Municipalidad de Santa Cruz se plasmó en el centro de revalorización de los desechos generados por la provincia de Guanacaste y por los distritos puntarenenses de Cóbano, Lepanto y Paquera.
Para Echeverría, quien también fue presidente del IFAM, se requiere una regionalización que apunte fuera del Valle Central, con consecuencias como mayores costos en la recolección.
“No hay terrenos en el Valle Central que se presten para eso. Ya las zonas están muy desarrolladas desde el punto de vista urbano. No es fácil por el tema de espacio ni de gestión ambiental”, señaló.
Edmundo Abellán, jefe del Departamento de Gestión Municipal del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), indicó que lo ideal sería que cada región tenga un lugar para disposición de residuos, pero señaló que cada gobierno local tiene la potestad para negarse a tener un sitio como este.
El reciclaje o revalorización de residuos no avanza tan rápido como debería. Según Janeth Bastardo, directora de Operaciones Logísticas y encargada de Gestión Municipal de EBI, los ayuntamientos hacen esfuerzos en esa línea pero el reciclaje no alcanza el 5% de los desechos y no todos tienen camiones para recolecciones diferenciadas.
Según Abellán, esto varía en cada municipalidad. Algunas llegan entre el 7% y 10% de residuos que se revalorizan y otros no llegan al 1%.
Lo mismo sucede con las nuevas tecnologías, que no viajan con la velocidad requerida, aparte de que las características de temperatura y humedad de Costa Rica dificultan algunas estrategias puestas en práctica en otros países.
En una entrevista anterior, Freddy Bolaños, representante del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), señaló que, por ejemplo, la pirólisis o incineración no sería apta para el terreno nacional, pero en cambio, el uso de bacterias anaerobias sí podría prestarse, pero también necesita tiempo para desarrollarse, pues requiere de todo un plan para criar un lugar apto para las bacterias.
Dichas tecnologías no resolverán por completo los problemas de todo el país, pero sí ofrecen opciones para que no aumente la presión sobre los rellenos sanitarios actuales. La preocupación es si podrán gestarse antes de que se cumpla la vida útil de los vertederos.