El tranquilo valle de Hunter, en Nueva Gales del Sur, se ha visto sacudido por un horroroso descubrimiento que ha dejado a la comunidad local en estado de shock.
La Policía australiana ha imputado a un hombre de 43 años por crueldad animal tras hallar de 98 canguros muertos, esparcidos por el paisaje el pasado 8 de octubre, junto a una caja de munición que evocaba escenas de una brutal cacería.
La investigación comenzó inmediatamente después de este hallazgo macabro. El 20 de diciembre, el sospechoso fue detenido en su vivienda en Williamtown, donde se le incautaron tres armas de fuego. La identidad del hombre no ha sido revelada por el momento.
Tras su arresto, el hombre fue liberado bajo fianza y deberá comparecer ante el tribunal de Raymond Terrace el 13 de enero de 2025 para responder a los cargos en su contra.