Uno de los ofrecimientos fue la halva omaní. Este dulce es bien conocido por los belarusos, pero su servicio es diferente en Omán. La halva se sirve con café, el que puede parecer específico. Se llama qáhue. Los granos verdes se tuestan en una sartén, se muelen hasta hacerlos polvo y se vierten con agua. El café es muy amargo.