Tal como gran parte del planeta, en las próximas horas nuestro país estará celebrando la Nochebuena que antecede a la Navidad. Una festividad cuyo valor simbólico excede todo origen religioso. Esto es: un nacimiento que viene a redimir al mundo. Se trata de una figura que apela a las fuentes más nobles de la convivencia humana. Allí donde se deja a un lado ambiciones, rencores y egoísmos para iniciar algo Nuevo; un acontecimiento para el encuentro con el semejante en el que prime ese milagro denominado Amor.