Diciembre es un mes crítico para las autoridades en el aeropuerto Jorge Chávez, pues se incrementan las detenciones de burriers, personas que intentan sacar cocaína del país bajo diversas modalidades. Según un informe del dominical Cuarto Poder, la Policía especializada en tráfico de drogas y la Fiscalía intensifican sus operativos para frenar este ilícito. Solo en lo que va del año, las autoridades han incautado cerca de una tonelada de cocaína en el aeropuerto, que buscaba ser enviada principalmente a Europa, uno de los principales destinos de la droga peruana.
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La Policía y la Fiscalía no se limitan a las inspecciones visibles en los puntos de control. De hecho, su trabajo comienza mucho antes de que los pasajeros lleguen a los filtros de seguridad del aeropuerto. Los agentes realizan seguimientos exhaustivos a las personas sospechosas, que van desde las que transportan la droga en sus cuerpos hasta aquellas que la ocultan en el equipaje.
Según el dominical Cuarto Poder, durante el 2024, las autoridades han logrado detener a un total de 166 personas por intentar sacar cocaína del país. La droga se encuentra camuflada de diversas formas: en maletas, en la ropa, en partes íntimas e incluso en artículos cotidianos como bolsas de plástico o piezas de acrílico. Este tipo de operaciones no solo requieren vigilancia constante, sino también la implementación de tecnologías de punta para realizar pruebas rápidas en los lugares más insospechados.
Las cámaras de Cuarto Poder grabaron el preciso instante donde la Dirandro (Dirección Antidrogas de la Policía Nacional) y un fiscal especializado en tráfico de drogas detienen a una mujer peruana que intentaba viajar a Milán, con escala en Madrid. Durante la revisión de su equipaje, los agentes encontraron cocaína camuflada en su mochila. La sustancia, al ser sometida a una prueba química, cambió de color a un azul turquesa, lo que indicaba que se trataba de alcaloides de cocaína.
La detenida, al ser interrogada, intentó justificar su acción alegando que una persona le había dado la mochila con la ropa de una bebé y que no sabía lo que llevaba. Sin embargo, las pruebas fueron claras. En total, la policía halló más de 700 gramos de cocaína en su equipaje de mano, además de otro cargamento oculto en las maletas de bodega, camuflado dentro de piezas de acrílico.
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El esfuerzo por detener a burriers no se limita únicamente a las inspecciones visuales o a las detenciones que se realizan en los puntos de control. En algunos casos, como el de Dubel Correa Lozano, las autoridades llevan a cabo vigilancias minuciosas antes del embarque. Según lo informado por el dominical, Dubel fue seguida de cerca por la policía tras ser identificada como sospechosa. En su maleta se encontró cocaína oculta en el interior. La intervención fue rápida, y tras una prueba preliminar, se confirmó la presencia de la droga.
Sin embargo, los casos no solo involucran a burriers. En un caso reciente, la detención de Natalie Antón Coronado reveló que un oficial de la policía también estuvo involucrado en un acto de corrupción. La mujer, que habría intentado transportar cocaína en sus partes íntimas y en cápsulas dentro de su estómago, fue intervenida por un agente de la policía, Nilo Huamán Zanabria. Durante la intervención, este oficial sacó un bolso con 200 dólares de la maleta de la mujer, lo que despertó sospechas sobre su comportamiento. A pesar de esta irregularidad, el oficial continúa desempeñando su labor en el aeropuerto.
La Policía, la Sunat (a través de Aduanas) y la Fiscalía Especializada en Tráfico Ilícito de Drogas realizan el trabajo de enfrentar el narcotráfico. Cada día realizan operativos, intervenciones y seguimientos para tratar de frenar el flujo de cocaína que sale de Perú con destino a los mercados internacionales, especialmente Europa, donde el precio de la droga puede llegar a triplicarse.