La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, atendió este domingo a familiares de personas desaparecidas en el estado de Sinaloa (noroeste), víctimas de la sangrienta guerra intestina que protagonizan desde septiembre dos facciones de un cártel del narcotráfico.
Se trató de un acto improvisado pero significativo para la comunidad, cautiva en medio de la disputa del poderoso Cártel de Sinaloa, que estalló en septiembre y suma 600 asesinatos y unos 700 desaparecidos, según la fiscalía estatal.
Las madres y familiares llamaron la atención de la mandataria alzando la voz y mostrando pancartas que denunciaban la desaparición de sus seres queridos, mientras desde el estrado Sheinbaum exponía su estrategia de seguridad.
"El objetivo es atender las causas (...) que ningún joven tenga que acercarse a la violencia, a un acto delictivo, que sepan que esa no es una perspectiva de vida, siempre será una perspectiva de muerte", dijo la jefa de estado.
Al final del acto, Sheinbaum se acercó a las manifestantes, recibió fichas con los datos de los desaparecidos y pidió a sus funcionarios que anotaran sus teléfonos para que sean atendidas por su gabinete de seguridad.
Entre las presentes estuvo la señora Guadalupe Sarabia, quien busca a su hija Lizbeth Moreno, de 22 años, desaparecida el 14 de noviembre en Mazatlán.
"Unos hombres la subieron a la fuerza en un carro. Aquí está su niña, me la traje para que la vea la presidenta", dijo Sarabia mientras enseñaba a Sheinbaum la ficha con los datos de su hija.
"Así como nos pidió el voto y votamos por ella, que ahora ella nos ayude", agregó Sarabia.
Otra mujer que reclamó la atención de la presidenta fue Ana Patrón, quien busca a su hermano Rafael, de 20 años. Hombres armados se lo llevaron el 9 de diciembre del centro de rehabilitación donde estaba internado en Mazatlán.
"Se lo llevaron forzosamente", dijo la joven mientras Sheinbaum le recibía la ficha informativa.
La fiscalía estatal presume que Rafael y otros 30 hombres que eran atendidos en centros de rehabilitación fueron reclutados forzosamente por el cártel.
La espiral de crímenes responde al conflicto entre los "Chapitos" y los "Mayos", conocidos así por tener como líderes a los hijos de los fundadores del cártel, Joaquín "Chapo" Guzmán e Ismael "Mayo" Zambada.
Ambos están presos en Estados Unidos por cargos de narcotráfico, pero sus hijos pelean en Sinaloa por el liderazgo del cártel, señalado por Washington como el mayor productor de fentanilo ilegal en México.
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