El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
San Juan Cancio, conocido también como Juan de Kety o Juan Cantius, nació en 1390 en Kęty, un pueblo cercano a Cracovia, Polonia. Desde joven mostró una gran inclinación por el estudio y la vida espiritual. Ingresó en la Universidad Jaguelónica de Cracovia, donde obtuvo un doctorado en Filosofía y Teología.
Aunque no fue pontífice, desempeñó un papel crucial como sacerdote, profesor y guía espiritual. Enseñó Filosofía en la Universidad de Cracovia y, más tarde, Teología. Fue un modelo de humildad, dedicándose a sus alumnos con paciencia y caridad.
Se caracterizó por su devoción a la Eucaristía y la Virgen María, así como por su intensa vida de oración y mortificación. Practicó la caridad con los pobres, entregando frecuentemente sus propios recursos para ayudarlos.
San Juan Cancio fue beatificado en 1676 por el Papa Clemente X y canonizado el 16 de julio de 1767 por el Papa Clemente XIII. Su canonización fue el reconocimiento de su vida ejemplar de santidad, humildad y servicio a los demás.
Es el patrón de los profesores, estudiantes y sacerdotes en Polonia. Su legado perdura especialmente en la Universidad Jaguelónica, donde es recordado como un símbolo de sabiduría y piedad. Su tumba, ubicada en la iglesia de San Florián en Cracovia, se ha convertido en un lugar de peregrinación.
Aunque San Juan Cancio no sufrió un exilio físico, llevó una vida de desprendimiento y humildad que podría considerarse un "exilio espiritual" del mundo material. Renunció a los bienes terrenales y vivió en austeridad, reflejando su profunda fe y amor a Dios.
Falleció el 24 de diciembre de 1473, mientras celebraba la Navidad en Cracovia. Fue enterrado en la iglesia de San Florián, donde se encuentran sus reliquias. Su muerte marcó el final de una vida dedicada a Dios, la enseñanza y el servicio a los demás.