Los jugadores del Barcelona se fueron al suelo, desesperados, después de que Sorloth marcara el gol de la victoria para el Atlético casi en la última acción del partido. Se llevó una victoria increíble de Montjuïc el conjunto rojiblanco, que aguantó un calvario y golpeó en las pocas oportunidades en las que logró salir. Poco más puede hacer el Barça para llevarse un triunfo... Bueno, algo sí, tener más puntería. Entre eso y las intervenciones de Oblak, se mantuvieron de pie los chicos del Cholo y cuando ya celebraban el empate se llevaron el premio gordo, que les hace líderes. El buen despliegue no sirve de consuelo para los barcelonistas, y menos dentro de la racha negativa que sigue creciendo. Serán unas Navidades duras en la Ciudad Condal.
El Atlético ya había golpeado en la primera llegada que tuvo clara, en la segunda parte. En ese sentido, actuó como un equipo «grande». De Paul remató de maravilla el despeje defectuoso de Casadó. En ataque, poco más pudo hacer el conjunto madrileño, sometido en todo momento por la intensidad del Barcelona. Le faltaba el desborde de Lamine Yamal, y Flick apostó por la intensidad de Gavi y Fermín, dejando a Dani Olmo también en el banquillo. La calidad la puso Pedri en todo momento, firmando un partido espectacular, algo más adelantado de lo habitual, apareciendo por todos lados, ofreciéndose, y además marcando el gol en una conducción en la que se aprovechó de una pared afortunada con Gavi. Remató cruzado con toda tranquilidad, lejos de Oblak.
Fue sólo una de las numerosas llegadas que tuvo el equipo local. El Atlético estaba atosigado. Hubo una acción en la que quien recuperó la pelota fue Julián Álvarez en su área, cuando tenía que estar más cerca de la contrario. Buscó el pase largo a Griezmann, el hombre más adelantado que estaba en la mitad de su campo. Así era imposible crear peligro. El Barcelona atacaba y recuperaba la pelota rápido, preciso en el pase, encontrando los espacios en la zona central y explotando las bandas con Fermín y Raphinha, que fue el que tuvo las dos primeras oportunidades, en apenas cinco minutos. Una fue con la cabeza, pero se le quedó atrás la pelota, y otra con el pie la evitó Gallagher, que tuvo que multiplicarse en las ayudas a Galán.
Se le quedó cortó el resultado al Barça al descanso y lo peor estaba por llegar. Antes del tanto del empate, Raphinha estrelló una pelota en el larguero después de otro pase exquisito de Pedri. El carrusel de cambios había empezado ya. Flick sacó a Ferran y Dani, lo que en principio podía haber sido el plan A, y Simeone encontraba algo de calma con Sorloth, que lograba retener un poco más la pelota. Pero sólo un poco. El partido estaba otra vez volcado en una dirección, pero el Barcelona no tiene la finura de cara a gol del comienzo del curso. Se volcó con todo el equipo catalán, asumiendo incluso demasiado riesgo terminó pagando. Aparte del gol, sólo había concedido otra opción en un error de Casadó, pero Iñaki Peña pudo en el mano a mano con Barrios. Nada pudo hacer el portero en la puñalada final de Sorloth. Antes de ella, el que brilló fue Oblak. Pudieron marcar con 1-1 Dani Olmo, Raphinha en otra «asistencia» sin gol de Pedri, perdonó Lewandowski una increíble (que seguramente hubiera sido anulada por fuera de juego) que nadie podía creer... Entre la falta de puntería y un enorme Oblak, que también pudo en el mano a mano con Pedri, el partido ya se encaminaba al empate. Le pudieron las ganas al Barça. Le pudo salir bien, mostró valentía, pero también fue algo inocente y el Atlético está que no perdona una.
