Rodrigo De Paul ya salvó al Atlético de una incómoda prórroga contra el Cacereño en la Copa del Rey. También marcó el primer gol contra el Sevilla en ese voluble partido que acabó 4-3 para los rojiblancos. Y en Montjuïc volvió a marcar para sacar al Atlético del pozo en el que parecía metido.
El Atlético, que ha mostrado una cara más ofensiva que en años anteriores, volvió a hundirse en el fondo de su área en Montjuïc. Simeone puso cuatro defensas, como es costumbre últimamente, pero el equipo se limitó a mirar la portería de Iñaki Peña durante una hora. Hasta que De Paul en el minuto 60 encontró la portería con un toque suave que buscó la esquina de la portería del Barcelona.
El argentino, que siempre ha sido muy discutido desde su llegada, ha encontrado su sitio esta temporada en el centro del campo rojiblanco. Con el cambio de sistema de Simeone, De Paul ha dejado de ser un interior para convertirse en el compañero de Barrios en el centro del campo dentro de ese esquema que recuerda al cuatrivote que tanto gustaba a Simeone hace años con Tiago, Gabi, Koke y Saúl. Koke es el único que queda en el equipo, pero con ese cambio de sistema y la recuperación de Barrios ha sido desplazado al banquillo.
De Paul, con goles como el de Montjuïc, se va ganando un sitio en el corazón de esa afición que lo pitó en el Metropolitano cuando el club decidió hacer un homenaje a los argentinos campeones del mundo en Qatar. Echaba en falta más compromiso la grada del Metropolitano en el juego del argentino.
De Paul marca goles y participa en otros. Su paciencia fue decisiva para que Sorloth pudiera marcar el segundo casi sobre el pitido final. El argentino llevó el contraataque, pero tuvo la pausa y el conocimiento del juego necesarios para encontrar un pase intermedio hacia Molina que acercara la pelota a Sorloth. Si se hubiera precipitado, lo normal es que la pelota hubiera acabado en poder de la defensa o con el noruego en fuera de juego, pero De Paul eligió bien y el Atlético pudo dar la primera victoria en campo del Barcelona desde que Simeone se sienta en el banquillo.
En trece años había conseguido el Cholo ganar una Liga en el Camp Nou o eliminar al Barcelona de la Liga de Campeones, pero no ganar en su estadio. Y suma, además, doce victorias de manera consecutiva en las tres competiciones.
«Desde que estoy aquí no he ganado en Barcelona. Por fin lo hemos conseguido, es la primera vez para mí y primera vez en mucho tiempo para el club», dice Oblak, otro jugador fundamental para la victoria rojiblanca. «Hemos sufrido mucho, hemos empezado mal, nadie entiende por qué, porque estamos en buena forma y buena dinámica, pero hemos entrado mal», reconocía el esloveno.
No ganaba el Atlético en Barcelona al Barça desde 2006. Dieciocho años sin hacerlo, trece de ellos con Simeone.
«Cuando se sufre más también se disfruta más. Nos enfrentamos a un gran rival, hacía mucho tiempo que el Atlético de Madrid no ganaba acá, nos jugábamos el liderato para terminar el año arriba, eran muchas cosas. Venimos trabajando duro, son doce victorias seguidas y muy merecido que el equipo cierre el año así», explica De Paul. «Para jugar este tipo de partidos hay que estar preparados para todo, para jugar, para sufrir», añade.
El argentino ha completado una trasformación para ganarse al entrenado, a la afición y al club. «Es fruto del trabajo, de lo que uno se esfuerza. Estoy muy feliz en el Atlético de Madrid, es un honor llevar esta camiseta», reconoce.
«Rodrigo está como el jugador de la selección argentina que esperábamos que estuviera», asume Simeone.