El cambio de año no ocurre al mismo tiempo en todos los rincones del planeta. Gracias a la Línea Internacional de Cambio de Fecha, una línea imaginaria que atraviesa el océano Pacífico, algunos países tienen el privilegio de recibir primero la llegada de la Navidad y del Año Nuevo, mientras que otros deben esperar hasta el último minuto del 25 de diciembre y del 1 de enero. Este fenómeno convierte la celebración en un evento global que se prolonga durante casi 26 horas.
En esta dinámica de tiempos, una pequeña nación insular siempre ocupa los titulares al ser el primer territorio en recibir tanto la Navidad como el Año Nuevo 2025. Por otro lado, dos famosas islas, administradas por Estados Unidos, serán las últimas en despedir el año que termina. Pero hay un detalle curioso: Samoa, otro país del Pacífico, no siempre estuvo entre los primeros en celebrar esta festividad.
El honor de recibir primero la Navidad y el Año Nuevo 2025 recae sobre Kiribati, específicamente en su atolón de Kiritimati, conocido también como la "Isla de Navidad". Este pequeño país insular, ubicado en el océano Pacífico, adelantó su huso horario al UTC+14 en 1995, con el objetivo de alinear su calendario con sus principales socios comerciales en Asia y Australia.
Kiribati disfruta de ser el primer país en recibir el Año Nuevo, pero también de inaugurar la Navidad. Este hecho convierte al archipiélago en un símbolo global de la transición anual, donde los primeros fuegos artificiales iluminan el cielo mucho antes que en otras regiones del mundo.
Los habitantes de Kiribati celebran con bailes tradicionales, ceremonias religiosas y cenas familiares, marcando la llegada del Año Nuevo con un espíritu de comunidad y esperanza renovada. Para los turistas que llegan hasta este remoto destino, la experiencia resulta única e inolvidable.
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Mientras que Kiribati ya habrá celebrado la Navidad y el inicio del 2025, las islas Baker y Howland, territorios no incorporados de Estados Unidos, esperarán pacientemente en el huso horario UTC-12 para despedir las fiestas. Estas islas deshabitadas y protegidas como reservas naturales solo reciben visitas ocasionales de científicos y personal militar estadounidense.
El aislamiento de estas islas significa que no hay grandes celebraciones ni multitudes recibiendo el Año Nuevo 2025. Sin embargo, su importancia radica en ser los últimos puntos en cerrar oficialmente el calendario mundial.
Curiosamente, esta diferencia de tiempo entre Kiribati y las islas Baker y Howland genera una brecha de 26 horas en las celebraciones globales. Así, mientras algunos países disfrutan ya del primer amanecer del año, otros aún aguardan el conteo final.
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El caso de Samoa es un ejemplo fascinante de cómo un país puede cambiar su relación con el tiempo. Hasta el año 2011, Samoa seguía el huso horario UTC-11, lo que la posicionaba entre los últimos territorios en celebrar el Año Nuevo. Sin embargo, en un movimiento estratégico, el gobierno samoano decidió saltar la Línea Internacional de Cambio de Fecha y adoptar el huso horario UTC+13.
La razón detrás de este cambio fue principalmente económica. Samoa mantenía una fuerte relación comercial con Australia y Nueva Zelanda, dos países que se encontraban un día entero por delante en el calendario. El ajuste permitió sincronizar los horarios comerciales, facilitando el intercambio económico y eliminando las barreras que representaba la diferencia de días.
Desde entonces, Samoa disfruta de ser uno de los primeros países en recibir tanto la Navidad como el Año Nuevo, dejando atrás a su vecino cercano, Samoa Americana, que todavía mantiene el antiguo huso horario UTC-11 y celebra las festividades un día después.