Una reciente encuesta revela que, a pesar de la disminución en el consumo de alcohol y drogas tradicionales entre los adolescentes estadounidenses, un nuevo vicio ha comenzado a ganar terreno, generando preocupación en las autoridades de salud. Este fenómeno se relaciona con el uso de bolsitas de nicotina, que han visto un aumento significativo en su popularidad.
La encuesta "Monitoring the Future", que abarcó a 24.000 estudiantes de secundaria en todo el país, muestra que aproximadamente dos tercios de los estudiantes de último año no han consumido alcohol ni marihuana en el último mes. Este dato representa el nivel más bajo desde que se iniciaron los estudios en 2017, un cambio que se atribuye en parte a las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19.
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Sin embargo, el estudio también revela un aumento alarmante en el uso de bolsitas de nicotina, que han pasado del 3% al 6% entre los jóvenes en el último año. Este cambio en los hábitos de consumo ha llevado a las autoridades a prestar atención a este nuevo vicio que podría tener consecuencias a largo plazo para la salud de los adolescentes.
La encuesta indica que el 80% de los estudiantes de décimo grado y el 90% de los de octavo grado no han consumido alcohol, marihuana o productos de tabaco recientemente. Este descenso en el consumo se ha visto como un signo positivo para los padres y educadores, quienes han estado preocupados por el bienestar de los jóvenes. La pandemia, que limitó las interacciones sociales, parece haber jugado un papel crucial en esta tendencia, ya que muchos adolescentes no tuvieron la oportunidad de experimentar el consumo de estas sustancias en un entorno social.
A pesar de la disminución en el consumo de sustancias más tradicionales, el uso de bolsitas de nicotina ha crecido de manera alarmante. Estas bolsitas, que se pueden adquirir fácilmente en línea y en tiendas, contienen sales de nicotina sintéticas y otros compuestos. Los investigadores han señalado que son los estudiantes mayores quienes, en muchos casos, introducen a sus compañeros menores en el uso de estas sustancias. La facilidad de acceso y la falta de regulación en la venta de estos productos han contribuido a su creciente popularidad entre los jóvenes.
Los investigadores han observado que, debido al confinamiento y las restricciones sociales, muchos estudiantes menores no comenzaron a consumir alcohol ni drogas. A pesar de las expectativas de un repunte en el consumo tras la pandemia, los resultados han mostrado que aquellos que crecieron sin experimentar el consumo de estas sustancias no están introduciendo a sus compañeros menores en el mismo. Este cambio en la dinámica social podría tener implicaciones significativas para la salud pública en el futuro.
