José Pekerman ya lo hacia en las selecciones sub 15 y 20 de Argentina, ni hablar de la Mayor en 2006.
Y antes de eso River Plate muy a mi pesar jugaba parecido.
La única diferencia es que Guardiola tuvo a Messi que se aburría de que toquen y se pasaba 5 para hacer gol.
En el partido de Arsenal se vió como su forma de juego no pudo hacer un gol a un equipo con 10 y tuvieron q esperar a un corner.
Yo recuerdo que en el Mundial de Rusia, Fernando Hierro batio el record de pases en un partido. Empatamos a 1 porque los rusos se marcaron en propia puerta y en los penaltis nos fuimos a la calle. Fue la caricatura máxima de un estilo.
Y efectivamente, aquel barsa aburría a las ovejas pero tenía al Mensi que se sabía un atajo a la portería y, muy probablemente, tenía también a los chicos de Negreira. Cuando Guardiola llegó al Bayern, tenía buenos jugadores pero mucho más verticales y bastante menos comprometidos en la presión que los futbolistas del barsa, así que hizo faena ganando la Bundesliga, que salvo excepciones, se le da de oficio al Bayern y se fue al City donde, allí sí, le dijeron que le pondrían todo lo que hiciese falta para que jugase como le diese la gana. ¿Qué entrenador en el mundo tiene eso? Angelote, desde luego, no.
Fui víctima presencial de una de esas experiencias que te hacen replantear tus decisiones de vida: asistí a ese partido España-Rusia en el Luzhnikí Stadium en Moscú para presenciar lo que, en teoría, debía ser fútbol, pero resultó ser una comedia involuntaria del Tiki Taka. Fue como ver un tutorial mal hecho de pases laterales en FIFA. Cada toque al balón parecía diseñado no para acercarse a la portería, sino para crear un laberinto emocional para el espectador.
Los jugadores parecían convencidos de que el gol se premiaba por acumulación de pases horizontales y donde la única forma de herir al rival era gritándole “ falta" al árbitro al borde del área grande, con la esperanza de que entrara en pánico y lo pitara. Era como si hubieran confundido el fútbol con una partida de ajedrez, pero sin saber mover las piezas hacia adelante.
Los jugadores se contagiaron de las malas decisiones ejecutadas durante el partido, y había jugadas en las que lo lógico era disparar, pero los genios de la táctica decidían abrir la pelota a la banda, como si quisieran comprobar si los extremos seguían despiertos. Lo peor fue una falta directa en posición clarísima de disparo: ahí donde uno espera un cañonazo, ellos sacaron un pase que terminó más cerca de la línea de banda que de la portería. Parecía un sketch cómico, pero sin la risa enlatada para amortiguar el dolor.
No podemos pasar por alto la inestimable contribución de Rusia a esa inolvidable tarde en el Luzhnikí. Su brillante estrategia de colgarse del larguero durante 90 minutos no solo evitó que tuviéramos que preocuparnos por el contraataque, sino que además nos permitió alcanzar un récord histórico de pases. Todo un ejemplo de fair play y colaboración internacional.
Fue un pacto tácito, casi artístico: ellos se limitaban a acumular defensores en su área pequeña como si estuvieran construyendo una barricada, y nosotros respondíamos con nuestra exquisita interpretación del Tiki Taka más vacío de propósito jamás visto. Cada pase lateral, cada vuelta innecesaria hacia nuestro portero, era una pincelada más en ese vídeo histórico de cómo no aplicar esta famosa filosofía de juego.
Hasta la falta directa en posición perfecta fue un homenaje al sinsentido: en lugar de disparar, optamos por abrir a banda, como si la portería rival estuviera protegida por un campo de fuerza invisible. Todo estaba perfectamente sincronizado para que el mundo entendiera que el fútbol puede ser arte… del absurdo.
Creo q el Manchester City ha caído en la misma trampa.
Estadísticas: Publicado por michael37 — Dom Dic 22, 2024 1:24 am