La cerveza denominada ‘0,0’ y la ‘sin alcohol’ en España no son exactamente lo que parecen. Es decir, efectivamente se trata de una bebida en la que prácticamente se ha eliminado su aporte alcohólico, pero eso, ‘prácticamente’… puesto que siempre queda una parte ínfima residual que no la deja a cero.
Así pues, y aunque ambos conceptos no son iguales (‘0,0’ no contiene más de 0,04% de alcohol, y ‘sin alcohol’ tiene menos del 1% por ley), sí coinciden ambos en que aportan una minúscula cantidad de alcohol. La razón es que la tecnología aún no permite la eliminación absoluta. Por lo tanto, mientras este problema nutricional no se corrija, las cervezas ‘0,0’ o ‘sin alcohol’ no están indicadas para los menores.
Ya hemos enunciado que ambos conceptos no son exactamente lo mismo, aunque en cierta manera sí tienden a eliminar el alcohol de sus formulaciones hasta el máximo posible. Así, la cerveza denominada ‘0,0’ se desenvuelve en una especie de vacío legal que le permite no especificar exactamente la cantidad de alcohol que lleva su formulación.
La norma legal establece que sólo es obligatorio especificar la cantidad de alcohol a partir del 1% de su volumen. En el caso de la ‘0,0’, su límite se sitúa en 0,04 de alcohol, puesto que si alcanzase el 0,05, la ley obligaría a que se etiquete como 0,1% por el redondeo necesario.
En el caso de la cerveza ‘sin alcohol’, que ya hemos comentado que sí lleva algo de alcohol, y la ley establece que el máximo al que puede llegar para conservar esa etiqueta es de 0,9%, por debajo del 1%. Por lo tanto, aún no existe en el mercado de este tipo de bebidas una que garantice el nulo alcohol. La cifra más baja que la tecnología ha conseguido hasta el momento es de 0,03%.
Aparte de que estas bebidas sí contienen una pequeña cantidad de alcohol en sus formulaciones, las razones en las que se apoyan la mayoría de los expertos van más allá de las meramente nutricionales.
De la misma manera que una bebida de cola con azúcar o cualquier bebida carbonata o denominada ‘deportiva’ es también nociva para la salud, sobre todo en el caso de los niños (exceso de azúcares, nulo aporte nutritivo), una cerveza añade a su mínima cantidad de alcohol un mensaje que estaría absolutamente contraindicado en los más pequeños.
En opinión de los expertos deja claro que no es en absoluto recomendable exponer a los pequeños a una bebida alcohólica que ‘imita’ a la cerveza, porque les estaríamos transmitiendo el mensaje de que es algo bueno, aceptado y posible, y se familiarizarían con una visión ‘amable’ del consumo de drogas.
Normalizar ese consumo, en ningún caso es una buena opción, aunque se pudiera conseguir la cantidad cero de alcohol en su fórmula. Sería un problema social y cultural añadido.