Cuando uno lleva más de 40 años de autónomo, podría escribir miles de libros sobre las diferentes formas que uno puede perder a un cliente. Podría llenar cualquier biblioteca de manuales sobre anécdotas simpáticas, desagradables, curiosas, tristes, aleccionadoras, etc., sobre cómo salir airoso de situaciones embarazosas. Podría escribir millones de libros de autoayuda especialmente dedicado a autónomos primerizos.