La gloria de nuestra habla andaluza, a través del tiempo, ha sido a veces con cierto recelo su bulla como si fuesen una "chuminá" o una "patochá". Andalucía ha tenido durante siglos esta jerga cuya hegemonía la ha tenido en todas sus provincias y si nos referimos a sus pueblos, aldeas y pedanías nos quedaríamos asombrados de sus sobrenombres y remoquetes. La obra de Antonio Alcalá Venceslada da buena prueba de ello.