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La gripe llegó con el frío. Y a mi cuerpo esta semana prenavideña. Mientras la ministra de Sanidad explicaba el lunes que al final el plan común contra los virus respiratorios se había quedado en solo unas recomendaciones por la falta de acuerdo con las comunidades, andaba yo entre paracetamoles, ibuprofenos y calditos. Hoy viernes –preparo este boletín un día antes de que os llega a vuestros buzones– por fin empiezo a ver la luz y la verdad es que hace un sol espléndido.
Donde esta semana hay poca luminosidad es el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el buque insignia de la investigación pública del cáncer en España. La institución está sumida en una grave crisis después de que un grupo de científicos denunciaran que no tienen los equipos básicos –ponen el ejemplo de los microscopios confocales– para llevar a cabo su trabajo. La queja, que incluso asume que el CNIO está perdiendo empuje científico, apunta directamente a la directora del centro desde hace 13 años, María Blasco, a quien responsabilizan de una gestión deficiente.
El CNIO está en números rojos. Esto es una realidad: tiene un déficit de 4,5 millones de euros y dificultades para comprar todos los equipos necesarios, admitió Blasco pocas horas después de que aparecieran las primeras informaciones. La cabeza visible del centro, sin embargo, lo achaca a que el presupuesto del que disponen no se ha actualizado.
Estas primeras explicaciones no bastaron y una veintena de investigadores principales del centro pidieron el lunes el relevo del equipo de dirección científica, liderado por Blasco, en una carta dirigida al Ministerio de Ciencia. Un día después, el Patronato del CNIO, un órgano bajo el paraguas de Ciencia, movió ficha: paralizó las cuentas para 2025 y pidió a la dirección presentar un informe exhaustivo sobre su gestión en un plazo de cuatro semanas.
En una entrevista con mi compañero Antonio Martínez Ron, la primera tras estallar la crisis, Blasco asegura que es “víctima de una campaña”. Está en el ojo del huracán y no solo por los materiales. El Patronato decidió también suspender el programa CNIO Arte, una iniciativa sobre la que están corriendo ríos de tinta: se trata de un programa basado en producir obras de arte a partir de donaciones, que después se donan al CNIO y se ponen a la venta para conseguir beneficios, según Blasco. Una de las críticas es que ninguna de las obras se había vendido –extremo que la responsable desmiente– o que había hecho viajes internacionales relacionados con esta actividad.
“Desde luego, ningún euro destinado a la lucha contra el cáncer ni del CNIO se ha destinado a comprar arte. El CNIO no compra arte. Tenemos una donación finalista, que esto quiere decir que solo se puede utilizar para lo que indica la fundación u organización que nos da el dinero: el programa CNIO Arte. Y eso implica la producción de una obra de arte por parte de un artista, y ese artista dona después la obra”, justificó en la entrevista.
La crisis tiene muchos tentáculos. En el mar revuelto también flota una investigación abierta en la institución por abuso de poder tras la denuncia de un empleado o la paralización del reparto de beneficios (regalías) por los rendimientos de las innovaciones. En las próximas semanas veremos cómo se desenreda esta polémica, que es compleja y que escuece, porque ha tocado al corazón de la investigación –maltrecha, precaria y aun así puntera– en España.
Hablar del miedo es siempre un reto. Sobre todo cuando ese miedo es difícil de atrapar incluso con las palabras y evita así ser contado. Tres pacientes oncológicas, recuperadas de tres tipos de cáncer diferentes, quisieron desafiar los límites del lenguaje y en este reportaje cuentan qué formas toma el miedo en los caminos de enfermedad y recuperación que han transitado.
La emoción no termina con el final de los tratamientos, sino que permanece mucho más allá. El miedo, después de todo, es a recaer. A que el cáncer vuelva. Gracias a Ció, a Eva y a Violeta. Os recomiendo leerlo hasta el final, hasta que la espada de Damocles se convierte en navajita.
Y aquí lo dejo por hoy. Os deseo felices fiestas, alegría, bailes y salud para celebrarlas. A quien este año no se sienta así, o no tenga las mejores circunstancias, que estas fechas pasen rápido para vosotras y de la manera menos dolorosa posible.
🫂Un abrazo muy fuerte,
Sofía.