Fum, fum, fum’. El abeto gigante iluminado de
Can Jorba en la
Puerta del Ángel seguía siendo el punto de encuentro de los barceloneses.
Massiel, la ganadora de Eurovisión de 1968, felicitó las fiestas a los telespectadores. Las burbujas de Codorníu no faltaron a su cita brindando con un vals que daba la bienvenida a los trepidantes ritmos de la nueva década. Las muñecas de Famosa llegaban al portal. Todo en blanco y negro, por supuesto.
Seguir leyendo...