A las palabras de Vladimir Putin asegurando que busca una solución a largo plazo para la guerra, y no una tregua temporal, le prosiguió un ataque masivo con misiles balísticos contra la capital ucraniana en la mañana de ayer . Una persona murió y otras 12 resultaron heridas en Kyiv mientras las defensas ucranianas intentaban interceptar cinco misiles Iskander y los fragmentos cayeron sobre la ciudad. «Fue muy ruidoso», dijo Olena, una traductora de 31 años de Kyiv, a LA RAZÓN. Olena, cuyo apartamento anterior fue dañado por un misil ruso en enero, suele esconderse en su baño, lejos de las ventanas, durante las frecuentes alarmas aéreas para minimizar los daños.
Esta vez bajó al refugio antiaéreo, ubicado en el sótano del edificio residencial, después de que sonaran las primeras explosiones a las siete de la mañana y se emitiera la advertencia de un ataque balístico. Tan solo un par de residentes estaban allí. La mayoría de los vecinos ya se han acostumbrado e ignoran los ataques aéreos –Rusia los lanza cada noche– para poder dormir al menos un poco y poder funcionar durante el día. Sin embargo, cuando sonaron las primeras explosiones ensordecedoras, el refugio antiaéreo se llenó rápidamente de más residentes preocupados. Varios incendios se iniciaron en varios distritos a medida que los escombros caían sobre los edificios y las calles. Según las autoridades de la ciudad, varios edificios residenciales y oficinas corporativas, así como un hotel, resultaron gravemente dañados en el distrito central de Golosiivski. Con temperaturas ligeramente superiores a cero grados, los especialistas se apresuraron en restablecer el suministro de calefacción de 630 edificios residenciales, 16 instituciones médicas, 17 escuelas y 13 jardines de infancia. La catedral de San Nicolás de Kyiv, construida en 1909, también resultó dañada por el ataque.
Aunque los cinco misiles balísticos lanzados por Rusia desde las regiones de Briansk y Voronezh fueron interceptados, los habitantes locales deben siempre esconderse en refugios antiaéreos lo antes posible, subrayó la Fuerza Aérea de Ucrania. Sin embargo, como estos misiles tardan apenas unos minutos en llegar a su destino, es casi imposible que incluso muchos de aquellos que han sido advertidos huyan a un lugar seguro.
Las explosiones sonaron por la mañana, cuando los residentes de la ciudad de tres millones de habitantes comienzan su día, así que el número de víctimas podría haber sido mucho mayor. «Son unos inhumanos. Lanzan bombas sobre los hogares. He dedicado toda mi vida a mi negocio y todo ha sido destruido», dijo el propietario de un restaurante incendiado, indignado, mientras los bomberos seguían trabajando, puede verse en un video ampliamente compartido en las redes sociales.
Los misiles rusos también dañaron la Embajada de Portugal en Kyiv, reveló Kaja Kallas, la nueva jefa diplomática de la UE. «Este es otro ataque bárbaro de Rusia contra objetivos civiles que no muestra ninguna voluntad de paz», subrayó. Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que «el ataque cumplió sus fines. Todos los objetivos han sido alcanzados».
Según Rusia, tuvo como blanco el sistema de defensa antiaérea Patriot, el centro de mando del Servicio de Seguridad de Ucrania y la oficina de diseño de misiles Luch, y se produjo como «respuesta» al ataque con misiles ucraniano contra una empresa química en la región rusa de Rostov el miércoles pasado, con seis misiles ATACMS de fabricación estadounidense y cuatro misiles británicos Storm Shadow. Este tipo de ataques se preparan meticulosamente y con mucha antelación, señaló el analista militar ucraniano Oleksandr Kovalenko. Se produjo después de la conferencia de prensa del jueves de Putin durante la cual amenazó abiertamente a Kyiv con el misil balístico Oreshnik.
No hay duda de que Putin seguirá atacando a Ucrania. En este sentido, 65 drones rusos de largo alcance atacaron además varias regiones de Ucrania esa misma noche. 40 fueron derribados por las defensas aéreas y 20 interceptados mediante guerra radioelectrónica, según la Fuerza Aérea, sin dejar víctimas. Mientras tanto, el intenso combate también continua a lo largo de la línea del frente en el este.
En el plano diplomático, Alemania está transfiriendo otro, ya el sexto, sistema de defensa aérea Iris-T a Ucrania, reveló mientras tanto el canciller del país aliado, Olaf Scholz, que sigue oponiéndose a la entrega de misiles Taurus a Ucrania. No en vano, Ucrania necesita más defensas aéreas para proteger sus ciudades e infraestructuras de los ataques diarios rusos. En paralelo, , Ucrania espera que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Washington no suponga el cese del apoyo, sino que, por el contrario, dé pasos más decididos y rápidos.
El futuro enviado especial de los Estados Unidos para Rusia y Ucrania, el general Keith Kellogg, tiene previsto visitar Ucrania, y los países ya han acordado cuándo podría hacerlo. «No voy a dar una fecha por razones de seguridad, pero puedo confirmar que estamos esperando al general Kellogg en Ucrania», declaró Georgui Tiji, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania.