Rusia ha lanzado un ataque masivo sobre Kiev utilizando misiles balísticos Iskander-M e hipersónicos Kinzhal. Fue descrito por Moscú como una represalia por un ataque ucraniano en la región rusa de Rostov, en el que se emplearon misiles suministrados por Estados Unidos y Reino Unido. David Marples, profesor de Historia del Este de Europa en la Universidad de Alberta (Canadá), analiza para LA RAZÓN el último ataque de Rusia y las posibilidades de paz en la región.
Kiyv volvió ayer a ser blanco de intensos bombardeos rusos, alejando las posibilidades de un alto al fuego antes de que finalice el año. Aún así, ¿cree que la guerra está cerca de finalizar?
Creo que sí. La contienda a día de hoy es un atolladero y las pérdidas humanas son muy elevadas. Con el regreso de Trump al poder, hay más opciones para Putin. La posición de Estados Unidos es menos firme de cara al apoyo a Ucrania. Para intentar poner punto y final a la contienda, el gobierno ruso necesitaría un servicio militar obligatorio, lo que sería muy impopular. En paralelo, casi tres años después del inicio de la contienda, la economía rusa también está empezando a sufrir los efectos de las sanciones. No obstante, Rusia está logrando avances en el frente oriental, por lo que dudo que Putin quiera sentarse a la mesa antes de capturar las últimas ciudades destacadas que quedan en la región de Donetsk, como Kramatorsk y Sloviansk.
En este escenario, con la llegada de Trump y el uso de armamento tecnológico por parte del gobierno de Putin, ¿considera que Zelenski está perdiendo la guerra?
El ejército ucraniano sigue luchando. Por otro lado, los barcos rusos ya no se sienten seguros en el Mar Negro. Prueba de ello es que, recientemente, el jefe de las Tropas de Protección Radiológica, Biológica y Química de Rusia, murió cuando explotó una bomba escondida en un patinete eléctrico. Entonces, se puede decir que Ucrania puede estar perdiendo la guerra de desgaste, como era de esperar, pero de ninguna manera está derrotada.
Pese a estos ataques concretos, en las últimas semanas la posibilidad de firmar un posible acuerdo de paz está sobre la mesa, ¿cómo cree que podría ser ese hipotético acuerdo?
Será difícil que se firme un acuerdo en el que Ucrania no ceda algo de territorio. Crimea con toda seguridad, y tal vez el Donbás. Sin embargo, la cesión de Zaporizhzhia y Kherson, que Putin reclama pero no controla, sin duda serán un gran obstáculo . Ucrania ha conservado las principales ciudades de estas dos regiones. También creo que, si bien Trump puede ser el impulsor de un tratado de paz, también requerirá la presencia de terceras potencias para tener éxito y algunas de estas potencias deberían estar fuera de la alianza de la OTAN. Será necesaria la presencia de fuerzas de paz en la frontera oriental de Ucrania. En 2014 y 2015, después de los Acuerdos de Minsk, las fuerzas de paz funcionaban bajo el paraguas de la OSCE. En esta ocasión, considero que sería necesaria una presencia más fuerte, probablemente tropas de la ONU.
No hay duda de que ha catalizado las negociaciones de paz. No obstante, su precipitación y falta de ideas concretas -a juzgar por los planes presentados hasta la fecha- demuestran que la idea de Trump de poner fin a la guerra "el primer día" es inviable. Putin también se siente alentado por la victoria de Trump porque puede negociar con él desde una posición de fuerza. La última vez que se reunieron, Trump admitió todos los puntos. Es poco probable que eso cambie cuando celebren una nueva cumbre.
No hay duda de que la Unión Europea mira con recelo todo lo que sucede. No obstante, la cercanía geográfica pone al club en alerta ante los posibles movimientos de Putin, ¿qué podemos esperar en el futuro en el viejo continente?
Creo que la UE esperará a qué la guerra finalice para tomar una decisión definitiva. La situación es inestable. En Ucrania más de 8 millones de personas han abandonado el país y decenas de miles han muerto o están heridos. Por otro lado, su sistema energético está en ruinas. La UE sólo puede asumir un papel clave si otras potencias están dispuestas a asumir la gigantesca tarea de restaurar la economía de Ucrania. Además, la sociedad ucraniana está dividida. Mientras que algunos desean poner fin cuanto antes a la guerra, otros consideran que hay que aguantar y que rendirse ahora sería una traición a la patria . En paralelo, los ciudadanos siguen siendo llamados a filas y enviados al frente a la fuerza y, a menudo, contra su voluntad. En este escenario, quienes están en el ejército están molestos y tachan de cobardes a quienes se niegan a luchar o han huido. En tales circunstancias, la entrada inmediata a la UE no funcionaría para ninguna de las partes. La cuestión clave es la protección y la seguridad, que sólo puede proporcionar la OTAN. Por tanto, la entrada en la OTAN es la cuestión más importante.