El pasado mes de junio, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-Un, se reunieron en Pyongyang en una cumbre para firmar un pacto de defensa mutua que ha entrado en vigor este mes de de diciembre, y que ha inaugurado una nueva era de colaboración entre los dos países.
Entre los puntos del acuerdo, como es sabido, está el del compromiso de ayuda militar mutua en caso de ataque a uno de los dos países, el envío de soldados norcoreanos al frente de Ucrania (con una elevadísima tasa de bajas, por cierto) y la colaboración estrecha en materia de tecnología militar, especialmente misiles.
Pero, por lo que se ve, la cumbre tuvo una consecuencia adicional que ahora se ha desvelado:el pistoletazo de salida, posiblemente gracias al asesoramiento “experto” desde Moscú, de una frenética actividad de los piratas informáticos norcoreanos para robar criptomonedas.
Según el informe que ha hecho público Chainalysis, empresa de análisis en el sector de las criptomonedas con sede en Estados Unidos, los piratas informáticos vinculados a Corea del Norte robaron en torno a 1.340 millones de dólares (1.293 millones de euros) de plataformas de criptomonedas este año, una cifra no alcanzada hasta la fecha. De hecho, supone duplicar de un plumazo, en solo un año, el valor de lo sustraído.
Los hackers al servicio del régimen de Pyongyang “se han hecho famosos por su sofisticada e implacable estrategia comercial, que a menudo emplea malware avanzado, ingeniería social y robo de criptomonedas para financiar operaciones patrocinadas por el Estado y eludir las sanciones internacionales”, constata el estudio de Chainalysis.
“Los funcionarios estadounidenses e internacionales han evaluado que Pyongyang utiliza las criptomonedas que roba para financiar sus programas de armas de destrucción masiva y misiles balísticos, poniendo en peligro la seguridad internacional”, alerta el análisis. Una parte de este armamento es utilizado por la propia Rusia en sus ataques contra Ucrania, como ha quedado demostrado en el ataque de este viernes contra la capital.
“En 2023, los piratas informáticos afiliados a Corea del Norte robaron aproximadamente 660,50 millones de dólares en 20 incidentes; en 2024, esta cifra aumentó a 1.340 millones de dólares robados en 47 incidentes, un aumento del 102,88% en el valor robado. Estas cifras representan el 61% del monto total robado durante el año y el 20% del total de incidentes”, añade el informe.
Según el estudio, el número de ataques realizados por los piratas (que se espera aumenten en los últimos días del año, un periodo de mayor actividad para este tipo de acciones) es similar, pero lo que ha cambiado es la cuantía del dinero “hackeado”, lo que evidencia una mayor profesionalidad y eficacia.
Posiblemente, detrás de este cambio esté el asesoramiento técnico de piratas rusos, que en los últimos años han demostrado estar a la cabeza en acciones de sabotaje en todo el mundo, tanto económico como político (especialmente en periodos electorales).
Sin ir más lejos, las últimas sospechas de injerencia rusa han afectado estas mismas semanas a Georgia, inmersa en una crisis institucional que la ha alejado de su integración en la Unión Europea, o a Rumanía, que se ha visto forzada incluso a anular unas elecciones que ganó sorpresivamente el candidato prorruso pese a ir muy atrás en las encuestas.
En el caso de Corea del Norte, la presencia de sus piratas en el tráfico global de criptomonedas es cada vez mayor. “Al examinar la actividad de Corea del Norte en comparación con todos los demás ataques que medimos, queda claro que ha sido responsable sistemáticamente durante los últimos tres años de la mayoría de los ataques de gran envergadura”, constata el análisis.
El aspecto más grave del informe de Chainalysis es el trasfondo que hay detrás de estas acciones, ya que confirma que la dictadura comunista norcoreana utiliza las criptomonedas para financiar sus programas armamentísticos y de misiles, lo que supone "un peligro para la seguridad internacional".