El santoral, también conocido como calendario litúrgico, es un libro religioso que contiene la lista de los santos reconocidos por la Iglesia Católica y que se celebra cada día del año. Más allá de una simple lista de nombres, el santoral representa un viaje fascinante a través de la fe, la historia y la cultura cristiana.
San Pedro Canisio nació el 8 de mayo de 1521 en Nimega, en la actual Holanda, que entonces formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico. Fue un jesuita notable, teólogo y uno de los principales defensores de la fe católica durante la Reforma Protestante. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1543 y fue el primer miembro neerlandés de la orden.
Fue un prolífico escritor y predicador, destacándose por su compromiso en educar y fortalecer la fe católica frente al auge del protestantismo. Participó activamente en el Concilio de Trento (1545-1563), donde contribuyó en discusiones teológicas clave. Su obra más famosa, el "Catecismo de San Pedro Canisio", fue fundamental para explicar las enseñanzas de la Iglesia de manera accesible y clara, llegando a ser traducida a más de 15 idiomas en su tiempo.
San Pedro Canisio fue canonizado en 1925 por el papa Pío XI, quien también lo declaró Doctor de la Iglesia por su incansable labor teológica y educativa. Es conocido como "el Segundo Apóstol de Alemania" debido a su papel en la contrarreforma, revitalizando el catolicismo en regiones germanas que habían adoptado el protestantismo.
Entre sus legados más destacados están las numerosas escuelas y universidades que ayudó a fundar, así como su enfoque en la educación y formación de los fieles. Además, su vida ejemplar se convirtió en un modelo de dedicación y humildad dentro de la Compañía de Jesús.
Los últimos años de su vida estuvieron marcados por las tensiones religiosas y políticas de la época, lo que lo llevó a retirarse de su actividad pública en Alemania y buscar refugio en Friburgo, Suiza. Allí continuó escribiendo y guiando espiritualmente a los fieles hasta su muerte.
San Pedro Canisio falleció el 21 de diciembre de 1597, dejando un legado de devoción y un compromiso inquebrantable con la defensa de la fe católica. Su festividad se celebra en esta fecha, y es recordado como un pilar fundamental en la renovación espiritual y educativa de la Iglesia.