Un nuevo estudio publicado en Science Advances por investigadores de la Universidad de Carolina del Sur y el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, analiza el ADN de 302 perros que habitan la zona de exclusión de Chernobyl. El objetivo principal fue comprender cómo la radiación y las duras condiciones ambientales han influido en la evolución de estas poblaciones caninas. Los investigadores recolectaron muestras en diversas ubicaciones, desde la ciudad de Chernobyl hasta Slavutych, a 45 km de la planta nuclear.
El estudio comparó el ADN de los perros de Chernobyl con más de 200 perros de Ucrania y países vecinos. Los resultados mostraron diferencias genéticas significativas entre los perros de la zona de exclusión y los de regiones más distantes. Este hallazgo indica una divergencia genética notable, posiblemente inducida por las condiciones ambientales extremas a las que están expuestos los perros de Chernobyl. Según las investigaciones, este descubrimiento «sugiere que los perros que residen en la central de Chernobyl y en la ciudad homónima no solo son genéticamente distintos, sino que presentan una similitud genética interna más pronunciada”.
El análisis genético reveló mutaciones en los perros de Chernobyl que podrían haber acelerado su proceso evolutivo, facilitando su adaptación al entorno altamente radiactivo. Los investigadores plantean la hipótesis de que estas mutaciones son una respuesta a la exposición prolongada a la radiación, un fenómeno observado en otras especies de la zona, como las ranas arborícolas. Estas mutaciones inducidas por la radiación son bien conocidas en diversas especies, lo que indica una posible adaptación similar en los perros de Chernobyl.
A pesar de la falta de pureza racial, el estudio identificó que la mayoría de los perros más cercanos a la planta nuclear presentan similitud genética con los pastores alemanes. Esto sugiere que los ancestros de estos perros eran probablemente perros domésticos de esa raza, abandonados tras la evacuación de 1986. El estudio también identificó hasta 15 grupos familiares dentro de la población, indicando una estructura social y genética estable, a pesar de las condiciones adversas. Se observa una migración entre la planta y la ciudad, manteniendo una relativa estabilidad genética.
Los hallazgos del estudio podrían tener implicaciones importantes para la investigación sobre los efectos de la radiación en el espacio. El estudio de cómo estos perros sobreviven y se adaptan a la radiación podría proporcionar información valiosa para proteger a los astronautas de los efectos nocivos de la radiación espacial. La comprensión de las adaptaciones genéticas de los perros de Chernobyl podría contribuir al desarrollo de estrategias para mitigar los riesgos asociados con la exposición prolongada a la radiación en misiones espaciales. El estudio continúa para ampliar el conocimiento sobre la adaptación y la evolución en entornos extremos.