La Guerra en Ucrania va camino de cumplir su tercer año, inmersa en una nueva fase marcada por la llegada de soldados norcoreanos al campo de batalla, y el uso de misiles occidentales contra territorio ruso. Las perspectivas alcanzar un alto el fuego antes de que acabe el año son prácticamente inexistentes, y ambos bandos permanecen expectantes a la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, quien llegó a mostrar su intención de acabar con el conflicto en 24 horas.
Mientras tanto, Rusia ha cumplido con sus amenazas este viernes, con el lanzamiento de ocho misiles balísticos e hipersónico Kinzhal, que reportaron importantes daños en edificios, infraestructuras y vehículos de tres distritos de Kiev. La ofensiva contra la capital de Ucrania ha dejado un fallecido y al menos tres heridos, según ha informado la Administración Militar de la región. Se trata del segundo ataque que Kiev sufre este viernes. Unas horas antes, la ciudad fue objetivo de drones kamikazes, que lograron ser destruidos por las defensas aéreas. Una ofensiva que, según el Ministerio de Defensa ruso, se ha producido "en respuesta a las acciones del régimen de Kiev, apoyado por sus patrocinadores occidentales".
Hace unos días, la portavoz del Pentágono de Estados Unidos, Sabrina Singh, acusó a Rusia de estar "tratando de usar todas las armas que tiene en su arsenal para intimar a Ucrania". Unas fuerzas entre las que figuran algunos de los bombarderos nucleares soviéticos más grandes del mundo. Esto son el Túpolev TU-160 también conocido como 'Cisne Blanco', y el TU-95Ms, aeronaves que ya han sido empleadas en la contienda, y que guardan una curiosa historia detrás, ya que provienen de Kiev.
Fue en 1999 cuando Ucrania envió ocho aviones Túpolev TU-160 y dos TU-95s a una base rusa, con el fin de saldar la millonaria deuda contraída con Moscú por el suministro de gas. 25 años después, en concreto el pasado 17 de noviembre, estos bombarderos volvieron a sobrevolar los cielos de Ucrania, en esta ocasión para lanzar misiles cruceros Kh-555 y Kh-101.
En cuanto a sus características, el Cisne blanco se trata de un bombardero pesado supersónico, como su nombre indica, desarrollado por la empresa soviética Túpolev. Ostenta el título de ser el avión de bombardero más pesado, y el avión supersónico de mayor tamaño del mundo. Puede alcanzar una velocidad de crucero de largo alcance de 850 kilómetros por hora, tiene un peso de 110.000 kilogramos, y una longitud de 54,10 metros. En cuanto a su armamento más habitual, además de los misiles de crucero RK 55, también figuran las bombas de caída libre, o misiles AS 16 Kickback.
Por otro lado, el Tupolev Tu-95MS, bautizado como 'Bear', es considerado como una de las aeronaves con capacidad de despliegue nuclear más importantes a nivel mundial. Tiene una longitud de 46,2 metros, un peso al despegue de 188 toneladas, y alcanza una velocidad de crucero de 710 kilómetros por hora a altitud máxima. Además, cuenta con una autonomía de 12.000 kilómetros.