La solidaridad con los partidos políticos debe ser un acto voluntario y consciente, basado en valores compartidos y en un compromiso con la democracia. Es importante que esta solidaridad sea crítica y constructiva, y que contribuya al fortalecimiento de dichos partidos políticos como instrumento. Pero, evidentemente, algunos partidos políticos no tienen medios admirables de rehabilitación para bien del pueblo venezolano. RGM
Para empezar, vamos a ahorrarle la molestia a algunos lectores de tener que buscar el significado de la palabra “pasquín”, hoy un arcaísmo. En pocas palabras, se refiere a un anónimo muy utilizado en tiempos pasados por opositores a los gobiernos que no permitían la libertad de expresión. Porque es que la comunicación en tiempos de absolutismo puede ser un desafío complejo debido a la censura, la represión y la inflexible y rigurosa vigilancia. Lo digno de destacar es que la historia ha demostrado que las personas encuentran formas creativas y valientes de superar estas dificultades. Hay herramientas que han sido utilizadas como medios alternativos; las personas suelen recurrir a fórmulas no convencionales, publicaciones subterráneas y redes sociales bajo seudónimos para compartir información y coordinar acciones. Los ciudadanos desarrollan códigos y lenguajes ocultos para comunicar mensajes sin ser detectados por las autoridades; por lo menos, ese es el fin frente a gobiernos que también han perfeccionado sofisticadas tecnologías para dar con los “que ellos suponen que son” enemigos encapuchados de las letras. Este es un tema apasionante que despierta la curiosidad intelectual y las interrelaciones fraternas entre sus componentes. La confianza entre estos, me refiero a los escritores, es un requisito trascendental, como la solidaridad son cruciales, asimismo son metáforas y simbolismos.
Tras las lecturas e investigaciones que me he visto obligado a hacer sobre este asunto, he llegado a una sencilla conclusión; y es que resistir la censura y la opresión requiere creatividad y valentía. Las historias de la resistencia en todo el mundo son un testimonio del ingenio humano. En otras palabras, este tipo de acción conlleva numerosos riesgos y efectos adversos. Las decisiones pueden ser imprevisibles, generando un ambiente de incertidumbre y volatilidad. La incapacidad de expresarse o elegir libremente a los representantes lleva a una sociedad sin voz y oprimida.
En definitiva, estamos al tanto de que el escenario político que vivimos es sumamente confuso, a veces sombrío. La política venezolana de hoy es una especie de entresijo, de dificultades, de inconvenientes, en fin, de cosas que mutan a una velocidad sideral. Lo que hoy es, quizá mañana no sea, o sea otra cosa totalmente diferente a la anterior. Por eso, señalo con insistencia que nuestros ojos deben ser como los ojos de los pintores prestigiosos que consiguen ver e identificar objetos que los ojos del común no logran ver, tenemos que casi bucear, hasta la hiperoxia cuando el exceso de oxígeno puede ocasionarnos fuertes daños, incluso la muerte…
En todo caso, es importante considerar que la comunicación política funciona como un proceso interactivo que puede dirigirse bien hacia dentro o hacia fuera. La característica que define a la comunicación política es la creación de narrativas significativas que funcionan para informar, para persuadir a la sociedad.
Aunque soy poco dado a las expresiones heroicas, concluyo con un trozo del discurso que pronunció el poeta Andrés Eloy Blanco cuando lanzaron al mar los grillos de la dictadura gomecista del Castillo de Puerto Cabello: “Hemos echado al mar los grillos de los pies. Ahora, vayamos a la escuela a quitarle a nuestro pueblo los grillos de la cabeza, porque la ignorancia es el camino de la tiranía. Hemos echado al mar los grillos en nombre de la Patria. Y enterraremos los de La Rotunda. Será un gozo de anclaje en el puerto de la esperanza. Hemos echado al mar los grillos. Y maldito sea el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla de hierro en la carne de un hijo de Venezuela”.
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