El pasado 17 de diciembre la Unión Europea publicó su informe de empleo conjunto de la Comisión y del Consejo. En este documento se repasa el cuadro de indicadores sociales del último año de los 27 países que forman la UE.
Se analizan aspectos como el estado de los mercados laborales, empleo, reformas sociales, educación e igualdad. Dentro de las valoraciones que hace la Unión Europea se encuentran dos tipos de niveles que indican que la situación de los países en algunos de estos aspectos no va bien: situación crítica y vigilancia. Este último indica que, aunque la situación no es grave, existe un riesgo de que empeore drásticamente.
En el último informe la Unión Europea señala que España tiene cuatro indicadores sociales en situación crítica y dos en estado de vigilancia. Nuestro país suspende en abandono temprano de la educación y la formación, en población en riesgo de pobreza o exclusión social, en pobreza infantil y en el impacto de las transferencias sociales en la reducción de la pobreza. También preocupan nuestros datos en desigualdad de rentas y en jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Para Bruselas, España "se enfrenta a retos en relación con el abandono temprano de la educación y la formación". Tenemos un 13,7% de la población entre 18 y 24 años que abandonan de forma prematura la educación y que, como máximo, solo han completado hasta educación secundaria inferior. Destaca también la existente disparidad entre regiones en donde el sur y el este de nuestro país tiene unos niveles muy altos y las Islas Canarias contemplan unas tendencias de empeoramiento.
Nos encontramos por encima de la media de la UE, que cuenta con el 9,5% y solamente nos supera Rumanía con más de un 16%. Destacamos en habilidades digitales y la UE nos valora en nuestra transición ecológica y digital.
En 2023 los porcentajes de la población en riesgo de pobreza o exclusión social aumentaron hasta alcanzar el 26,5%, somos el tercer peor país de Europa en este ámbito por detrás de Rumanía y Bulgaria. La UE atribuye estos datos a "los desafíos dentro del sistema de protección social, disparidad en las regiones en el acceso al servicio público y una pobreza laboral".
En pobreza infantil también nos encontramos en una situación crítica y tenemos el 34,5% de los menores de 17 años en riesgo de pobreza o exclusión social. Somos el segundo peor país de Europa y nos alejamos de la media de la UE que se encuentra en un 24,8%.
El último indicador social en el que España se encuentra en situación grave es en el impacto de las transferencias sociales en la reducción de la pobreza ya que ha disminuido al 22,9% y lleva deteriorándose durante dos años consecutivos, mientras que la media de la UE está en el 34,7%.
También afecta a la pobreza infantil ya que la efectividad de las transferencias sociales es particularmente baja con un 17% frente al 41,4% de la UE, sin embargo la proporción de niños menores de tres años que reciben atención infantil en España supera a la media europea.
Uno de los indicadores sociales que la Unión Europea mantiene en vigilancia para España son los jóvenes que ni estudian ni trabajan y es que contamos con un 12.3% de población entre los 15 y los 29 años que ni estudian, ni se forman, ni trabajan. El objetivo de la UE es que sea inferior al 9% antes de 2030. Aunque mejoramos en este indicador seguimos en estado de vigilancia por riesgo a que empeore en los próximos años.
El último indicador que preocupa en Bruselas es el de desigualdad de rentas, los ratios de quintiles de ingresos o la razón S80/S20 es una medida de la desigualdad en la distribución de los ingresos. En nuestro país, el quintil más rico gana 5,5 veces más que el más pobre.
