El presidente ruso, Vladimir Putin, ha declarado que las relaciones entre Rusia y China han alcanzado un "nivel sin precedentes", por lo que destacó la confianza mutua que une a ambos países. Este anuncio se produce en un contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos, nación que ha impuesto sanciones tanto a Moscú y Pekín.
Durante su conferencia de prensa anual, Putin subrayó que el comercio bilateral con el gigante asiático alcanzó cifras significativas, con un volumen que oscila entre 220.000 y 240.000 millones de dólares. Además, mencionó que existen casi 600 proyectos de inversión conjunta, lo que evidencia un futuro prometedor para la colaboración con el país liderado por Xi Jinping.
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Putin enfatizó que la relación entre Rusia y China no solo se basa en intereses económicos, sino que también actúa como un elemento estabilizador en el ámbito internacional. "Con frecuencia, coordinamos nuestras acciones", afirmó el mandatario ante diversos medios.
El académico Cui Heng, del Instituto Nacional de China para el Intercambio Internacional, destacó que el crecimiento del comercio entre ambos países no es sorprendente, dado el alto nivel de complementariedad económica. "Desde la perspectiva de la estructura comercial, todavía hay un margen significativo para mejorar", agregó, sugiriendo que el potencial de colaboración es aún mayor.
La cooperación entre Rusia y China ha cobrado especial relevancia desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania. Un informe del think tank Atlantic Council señala un aumento en el comercio de bienes sensibles para la industria de defensa que desafía las sanciones impuestas por Occidente.
En 2024, el intercambio bilateral de productos alcanzó casi 202.000 millones de dólares, con un incremento del 2,5% en comparación con el año anterior. Este comercio incluye bienes militarmente sensibles, como microchips y componentes esenciales para maquinaria militar, lo que subraya la interdependencia entre ambos países en el ámbito de la defensa.
Sin embargo, la creciente cooperación también ha suscitado preocupaciones en Estados Unidos y sus aliados. La última reunión del G20 evidenció la inquietud de Washington por la "sobreproducción" de China y su apoyo a la industria armamentística rusa. La Unión Europea, por su parte, ha aprobado sanciones adicionales contra empresas chinas y responsables norcoreanos por su apoyo a la invasión rusa.
