El concepto de familia evoluciona en función de las característas y condiconantes de una sociedad, y los jóvenes son quienes van a definir y articular las distintas formas de convivencia y relación en el contexto familiar futuro.
En este sentido, cabe señalar que la población española de entre 16 y 32 años de edad tiene a su familia de origen como un pilar funamental en su vida, tal y como se desprende de los resultados del estudio "Percepción, interés y motivación de las personas jovenes por formar una familia" del Observatorio Social de la fundación “la Caixa”, que se basa en una encuesta a dos mil jóvenes.
De hecho el 90% considera que la familia que le ha criado es muy importante en su día a día, mientras que el 80% afirma además que ésta es o será referente a la hora de formar la suya propia. Y más de la mitad de esos jóvenes concibe la familia como una estructura basada en el matrimonio.
En este sentido, entre los encuestados en el marco de este estudio el 67% reconoce tener paraja estable, es decir, más de seis meses de relación con una misma persona, aunque tan solo el 10% de éstos están casados, el 64% por lo civil y el 34% por la iglesia. Además, dos de cada tres tienen voluntad de contraer matrimonio, el 48% de los cuales preferiría hacerlo por la civil, mientras que el 32% optaría por el rito religioso.
Familias sin hijos
Pero en esta estructura familiar los hijos no juegan un papel esencial. Solo el 16% de los jóvenes entre 16 y 32 años tiene hijos y, entre ellos, el 63% tiene solo un hijo, el 28%, dos, y el 8%, más de dos y ello pese a que un 70% de los que se encuentran entre los 16 y 25 años y todavía no tienen descendencia reconocen su deseo de ser padres, un porcentaje que aumenta hasta el 71% entre los jóvenes de 26 a 32 años.
Solo el 14% dice no querer tener hijos y pese a ello los número relativos a la paternidad son bajos y ello se debería a las dificultades para la conciliación, especialmente entre las madres, y para acceer a una vivienda digna. En este sentido, cabe señalar que seis de cada diez mujeres han tenido que renunciar a su promoción formativa o profesional al tener hijos, por solo tres de cada diez hombres.
Como en la familia de origen
Sobre la vivienda, los encuestados comentan que no tendrían ningún problema en residir en una vivienda similar a aquella en la que se criaron, aunque para ellos la prioridad es vivir en zonas rurales, más que en una urbanización o en el centro de un municipio, pero con accesos a servicios básicos, en hogares de su propiedad y cerca de familiares y amigos.
También cobra relevancia lo vivido en la infancia y adolescencia en lo relativo a los valores, puesto que los jóvenes españoles se muestran convencidos de querer transmitir a sus hijos aquellos que les inculcaron sus familias.
Sean cuales sean esos valores, lo que éstos parecen tener claro es que, pese a que apuestan por la preservación de la autonomía individual, hombres y mujeres deben compartir las responsabilidades relativas a los hijos. Y respecto a su papel de cuidadores, cerca de la mitad de los jóvenes aseguran que se harían cargo del cuidado de sus padres si éstos fueran dependientes, conviviendo con ellos de ser necesario.