El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó sin pruebas al opositor Leopoldo López de ser el cabecilla de la banda criminal Tren de Aragua y afirmó que buscan desestabilizar el orden público. Durante un reciente discurso, Maduro enfatizó que pretenden utilizar al grupo criminal como herramienta para generar violencia en el periodo postelectoral. "Sé que Estados Unidos, los organismos de inteligencia, manejan cómo Leopoldo López (…) dirigía el Tren de Aragua desde España, desde Estados Unidos, hacia Venezuela", dijo Maduro en un acto oficial.
El presidente venezolano afirmó en septiembre que Héctor Rusthenford Guerrero, conocido como "El Niño" Guerrero, líder de la banda, era un agente estadounidense y "supervisó personalmente parte de los disturbios y la violencia criminal ocurrida los días 29, 30 y 31 de julio", en relación con las protestas que resultaron en 28 fallecidos, cerca de 200 heridos y más de 2.400 detenidos.
Varios de los arrestados fueron trasladados a la prisión de máxima seguridad de Tocorón (Aragua, al noreste), donde el Tren de Aragua operó durante años hasta que fue tomado y desalojado por las autoridades.
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La banda Tren de Aragua, conocida por su actividad delictiva en varias regiones de Venezuela y en otros países de la región, ha sido objeto de atención mediática y política. La mención de esta organización por parte de Maduro busca deslegitimar a sus opositores y desviar la atención de los problemas internos que enfrenta su gobierno.
La oposición, liderada por Maria Corina Machado, Edmundo González y Leopoldo López, han denunciado la represión y el autoritarismo del régimen de Maduro, mientras que el gobierno responde con acusaciones de conspiración y violencia.
Leopoldo López, quien se encuentra en el exilio en España, ha rechazado las acusaciones de Maduro, calificándolas de infundadas y parte de una estrategia para desviar la atención de la crisis humanitaria y económica que atraviesa el país. La oposición ha instado a la comunidad internacional a prestar atención a las violaciones de derechos humanos en Venezuela.
La banda comenzó a sonar con fuerza hace unos 10 años. Con unos 5.000 integrantes, se dedica a la extorsión, el sicariato, el narcotráfico, la prostitución, la trata de personas y hasta la minería ilegal, aunque también opera algunos negocios legales.
Extendió sus tentáculos a otros países como Colombia, Perú y Chile, y también a Estados Unidos, donde las autoridades han ofrecido millonarias recompensas por información que lleve a la captura de sus cabecillas.
