El acuerdo, suscripto a instancias del Papa Juan Pablo II, permitió superar un conflicto limítrofe en la zona austral que en 1978 puso a ambos países al borde de una guerra. El acto lo organizaron la Comunidad San Egidio y Casa Común que lo hicieron coincidir con el cumpleaños de Francisco por ser "un gran impulsor de la paz en el mundo".