Von der Leyen vuelve a participar en una 'cumbre paralela' con los líderes con posiciones más duras contra la migración, como Meloni y Orbán, pero también la socialdemícrata danesa. Bruselas analiza ya la logística de los centros de deportación de migrantes fuera de la UE
Bruselas analiza aspectos “financieros y legales” de los centros deportación como los que la justicia ha frenado a Meloni
Los líderes europeos con posiciones anti-inmigración son cada vez más sentados en la mesa y por segunda vez, en un claro gesto simbólico, se ha sumado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. Los primeros ministros de extrema derecha Giorgia Meloni y Viktor Orbán, varios de la familia del Partido Popular, como Donald Tusk y Kyriákos Mitsotákis, pero también la socialdemócrata danesa, Mette Frederiksen, han protagonizado un encuentro antes de la reunión del Consejo Europeo en Bruselas.
Aunque el debate migratorio no es uno de los principales en esa cita en la que el futuro de la guerra de Ucrania ahora que empieza a vislumbrarse una negociación, han repetido la foto de hace dos meses a medida que el endurecimiento de las políticas migratorias va avanzando en el continente. Y, Von der Leyen, ha elegido bando al participar por segunda vez consecutiva en el encuentro, auspiciado por la ultraderechista Meloni.
Precisamente las ideas de Meloni son las que pretende copiar la presidenta de la Comisión Europea, que primero se abrió a estudiar los centros de deportación de migrantes fuera de territorio europeo, como los que Italia ha creado en Albania (y que la justicia italiana ha frenado), y apenas dos meses después ha dicho que ya está analizando las cuestiones logísticas.
“Hemos profundizado en nuestro análisis de formas innovadoras de luchar contra la inmigración ilegal”, les dijo Von der Leyen en una carta a los líderes de los 27 previa al Consejo Europeo de este jueves usando el eufemismo que viene siendo habitual en el endurecimiento de la política migratoria. “Estamos estudiando la mejor manera de introducir en el marco jurídico la posibilidad de establecer estos centros. Tenemos que examinar los aspectos jurídicos, operativos y prácticos, así como las implicaciones financieras de dichos centros respetando al mismo tiempo los derechos fundamentales y el principio de no devolución”, agregaba la misiva.
España se opone radicalmente a esa propuesta, pero su voz en la Unión Europea se va quedando cada vez más aislada en el debate migratorio. No obstante, en el equipo de Pedro Sánchez tratan de restar importancia al avance de las políticas anti-inmigración y, en concreto, de los centros de deportación. “La carta es muy completa”, señalaban fuentes gubernamentales sobre la misiva de Von der Leyen, que también hacía alusión a otras medidas, como los acuerdos con terceros países, en muchos casos dictaduras, para controlar los flujos migratorios.
Lo que sostienen en el Gobierno es que hay que esperar a ver qué contiene exactamente la directiva de retornos que la Comisión Europea pondrá sobre la mesa en los próximos meses. Sin embargo, Von der Leyen también apunta a un acercamiento a los 17 países que plantearon sancionar a las personas sin papeles que no colaboren en su regreso. “La nueva legislación abordará los derechos y obligaciones de los retornados, incentivando su cooperación y dejando claras las consecuencias de la falta de cooperación”, explica Von der Leyen en su carta.
Recientemente, los gobiernos europeos se inclinaron por eliminar la 'cláusula humanitaria' que permite no criminalizar la asistencia humanitaria a los migrantes. España se quedó sola en el rechazo del texto, aunque Alemania y Portugal también cuestionaron la decisión.
Y aunque no formen parte del 'club' que se reúne antes de los consejos europeos, otros líderes, como el canciller alemán, Olaf Scholz, han tomado decisiones en esa dirección, como la reintroducción de controles fronterizos dentro del espacio Schengen o paralizar las solicitudes de asilo de personas sirias horas después de la caída de Bashar al Asad. También ahí España se ha quedado prácticamente sola en el rechazo.