Los sindicatos y la Alianza contra la Pobreza Energética piden a la Generalitat que siga el modelo barcelonés y active el protocolo pactado hace siete años para detectar esta vulnerabilidad
España duplica la pobreza energética de la UE: afecta al 20% de los hogares
Los Bomberos de Barcelona detectan y comunican de media unos diez hogares en situación de pobreza energética cada semana. Desde 2017, cuando se comenzó a aplicar un protocolo específico para que efectivos del cuerpo alertaran sobre posibles casos en el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales y en los Puntos de Asesoramiento Energético del Ayuntamiento, se han elaborado 3.629 informes.
Lo ha explicado a la agencia ACN el jefe de la unidad operativa territorial, Rubén Estela, que ha detallado que las cifras son “estables” y que, de media, los Bomberos realizan 1,2 servicios al día en los que detectan elementos relacionados con esta problemática.
Los sindicatos de Bomberos de la Generalitat y la Alianza Contra la Pobreza Energética (APE) han pedido a Interior seguir el ejemplo barcelonés y activar para toda Catalunya el protocolo acordado hace 7 años para “combatir esta lacra”.
La pobreza energética es una problemática que se ha generalizado en los últimos años en Catalunya y en el resto de España, ya que el 20% de la población es incapaz de mantener un hogar a la temperatura adecuada durante los meses de más frío, según la última Encuesta de Condiciones de Vida.
En este contexto, en 2017, los Bomberos de Barcelona empezaron a aplicar un protocolo específico para “hacer aflorar potenciales necesidades” no identificadas por la red de protección municipal.
Rubén Estela, jefe de la Unidad Operativa Territorial de los Bomberos de Barcelona, ha explicado que se vio “como una oportunidad” el hecho de que los efectivos del cuerpo pudieran acceder al interior de domicilios sin previo aviso. “Generaba la posibilidad de observar si había indicios que pudieran llamar la atención y abría la puerta a que el problema que sufrían estas personas pudiera tener un curso de solución”, ha comentado.
Así, en colaboración con el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB) y los Puntos de Asesoramiento Energético, ambos pertenecientes al consistorio barcelonés, se desarrolló un protocolo con una serie de ítems y pasos a seguir frente a este tipo de situaciones .
Estela ha detallado que esta operativa se centra en dos grandes ámbitos de observación. Por un lado, todo lo relacionado con los suministros básicos de gas, agua y electricidad. Entre las evidencias que pueden levantar una sospecha se encuentran que la red eléctrica de la vivienda esté inactiva, que haya suministros pinchados o sin protección, fogones o sistemas de calefacción rudimentarios, o que el inmueble contenga un número elevado de botellas llenas porque el hogar no dispone de agua corriente.
El otro campo en el que los Bomberos se fijan a la hora de determinar un posible caso de pobreza energética está relacionado con la salubridad del inmueble en cuestión. “Algunos de los elementos a tener en cuenta serían la presencia de goteras, humedades, falta de mantenimiento básico o acumulaciones de desechos que puedan señalar un posible síndrome de Diógenes”, ha explicado Estela.
Así, el jefe de la Unidad Operativa ha explicado que de acuerdo con la labor de observación de estos elementos, los Bomberos de Barcelona elaboran unos informes que después se hacen llegar al CUESB oa los Puntos de Asesoramiento Energético. “El objetivo es poder contactar con la persona y atenderla debidamente”, ha asegurado el bombero.
Así, ha detallado que desde la entrada en vigor de este protocolo, los Bomberos de Barcelona han elaborado 3.629 informes relacionados con pobreza energética. Según Estela, estos datos son “estables” y no se ha registrado una progresión al alza. En 2017 se hicieron 415; en 2018, un total de 524; 498 en 2019; 464 en 2020; 429 en 2021; 491 en 2022, y 438 en 2023. Con respecto a este año, de enero a septiembre se han registrado 370
Estela ha afirmado que los perfiles que sufren pobreza energética también son variados. Ha destacado la existencia de personas mayores que a lo largo de su vida han tenido un nivel económico bueno o que tienen patrimonio, pero que con el paso de los años han visto reducido su poder adquisitivo y su vitalidad. “Son los típicos casos en los que diríamos lo de 'no lo hubiera dicho nunca'”, ha asegurado Estela, que ha explicado que el envejecimiento poblacional está teniendo mucho que ver.
“Tenemos una ciudad donde la media de edad de la población cada vez es más alta y donde hay mucha gente mayor que vive sola y no siempre tiene una red en la que apoyarse”, ha asegurado. En este sentido, ha remarcado que en los últimos diez o doce años, el capítulo de salvamentos que realizan los Bomberos de Barcelona ha crecido un 100%, pasando de 4.000 a 8.000 anuales.
“Hemos visto que a nivel urbano tenemos un crecimiento sostenido de los servicios vinculados a incendios o asistencias técnicas, pero, por el contrario, se ha disparado el de salvamentos”, ha afirmado. Aunque ha admitido que este apartado incluye rescates diversos, ha recordado que uno de los más habituales es el que hace referencia a las entradas a domicilio para auxiliar a personas mayores.
Aunque los Bomberos de Barcelona son el único cuerpo en Cataluña que ha sido capaz de desplegar un protocolo específico para detectar situaciones de pobreza energética, lo cierto es que la idea de crear este procedimiento surgió en 2016 como un reclamo conjunto de la Alianza contra la Pobreza Energética, miembros de los Bomberos de Barcelona y de los de la Generalitat.
Josep Babot, portavoz de la APE, ha explicado que esta iniciativa fue compartida y que tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Generalitat se comprometieron a implementar el protocolo. “En el caso de la capital catalana la iniciativa se implantó en 2017, y en el primer año y medio de funcionamiento ya permitió detectar más de 700 casos”, ha afirmado Babot, que ha reconocido que desgraciadamente, la medida no prosperó en el cuerpo de los Bomberos de la Generalitat.
Ha relatado que en 2018 se impulsó una prueba piloto en cinco parques de Bomberos de Catalunya (Hospitalet de Llobregat, Terrassa, Badalona, Girona y Lleida) y que poco después se extendió a otros dos. “Esto fue en el año 2019, y desde entonces no hemos avanzado más, y el plan se ha ido deshinchando”, ha asegurado. Babot ha añadido que incluso se llegó a desarrollar un vídeo formativo para explicar la importancia del protocolo.