Mantener la cocina limpia implica tareas como desinfectar la nevera y lavar el fregadero. Además, hay un punto que a menudo se pasa por alto: el desagüe del fregadero. Este espacio, expuesto a restos de alimentos y humedad constante, es un caldo de cultivo para bacterias. Según Jill Koch, experta en limpieza y fundadora de Jill Comes Clean, mantener este área higiénica es crucial para evitar la proliferación de gérmenes y garantizar que los platos se limpien en un ambiente seguro.
Un método sencillo y natural para limpiar el desagüe es usar bicarbonato de sodio y vinagre, pero no combinados. Koch aclara que aunque la mezcla genera una reacción espumosa, los efectos limpiadores de ambos productos se neutralizan entre sí. En cambio, recomienda utilizarlos por separado: primero, esparcir entre media y una taza de bicarbonato en el desagüe, seguido de unas gotas de detergente. Después de dejarlo reposar cinco minutos, enjuagar con agua caliente. Por último, se debe verter una taza de vinagre para desodorizar y limpiar en profundidad.
Si esta técnica no soluciona el problema, Koch sugiere recurrir a un limpiador enzimático. Estos productos contienen bacterias que generan enzimas capaces de descomponer restos de alimentos. Es fundamental seguir las instrucciones del fabricante y permitir que el producto actúe durante un tiempo antes de enjuagar con agua caliente. Como paso adicional, se puede aplicar bicarbonato y detergente para eliminar los olores persistentes.
Aunque son efectivos, el uso frecuente de bicarbonato y vinagre puede ser perjudicial para tuberías de cobre o latón debido a la acidez del vinagre. Koch asegura que emplear estos productos una vez al mes no debería causar daños significativos y es una opción segura para el mantenimiento del desagüe. Sin embargo, para problemas mayores siempre se debe consultar a un fontanero profesional. A diferencia del fregadero, que debe limpiarse a diario o semanalmente, el desagüe solo necesita atención mensual.
Para obstrucciones menores, Koch recomienda intentar métodos naturales como agua hirviendo o un limpiador enzimático antes de recurrir a productos comerciales que pueden dañar las tuberías.