Elon Musk se manifestó en contra del acuerdo de los republicanos para financiar temporalmente al Gobierno de Estados Unidos, uniéndose a un creciente grupo de conservadores que critican el plan del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
La Cámara y el Senado acordaron extender el financiamiento del gobierno hasta marzo, pero el acuerdo incluye unos 29 mil millones de dólares para reponer el Fondo de Ayuda para Desastres, más de 30 mil millones de dólares para programas agrícolas y miles de millones más en otros gastos relacionados con desastres, lo que indigna a los partidarios de controlar el gasto.
La fecha límite del viernes 20 de diciembre para evitar el cierre del Gobierno de EU deja poco tiempo para regateos.
Los comentarios de Elon Musk, a quien el presidente electo Donald Trump encomendó la misión de asesorar a la administración entrante sobre el recorte del gasto público desde el Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE, por sus siglas en inglés), complica aún más la negociación de Johnson.
“Este proyecto de ley no debería aprobarse”, publicó Musk en X.
This bill should not pass https://t.co/eccQ6COZJ4
— Elon Musk (@elonmusk) December 18, 2024
En declaraciones a Fox News este miércoles 18 de diciembre, Johnson dijo que había estado enviando mensajes de texto a Musk y Vivek Ramaswamy, uno de los millonarios que donó para su campaña, que trabajará junto a Musk para sugerir recortes de gastos a Trump.
“Elon, Vivek y yo estamos en una cadena de mensajes de texto juntos, y yo les estaba explicando el trasfondo de esto”, explicó Johnson. Agregó que se dieron cuenta de que con una estrecha mayoría republicana en la Cámara y los demócratas controlando el Senado por ahora, Johnson debe trabajar con el otro partido para sacar adelante la legislación.
“Dijeron: ‘No va dirigido a usted, señor presidente, pero no nos gusta el gasto’”, afirmó Johnson. “Y yo les dije: ‘Adivinen, amigos, a mí tampoco’”.
No está claro si sus colegas republicanos en la Cámara de Representantes serán tan comprensivos.
La lucha de Johnson por lograr un acuerdo que permita mantener funcionando al gobierno estadounidense después del viernes 20 de diciembre es una señal ominosa sobre la capacidad de su menguante y díscola mayoría republicana para impulsar las primeras prioridades de Trump.
Es la misma lucha entre los republicanos tradicionales y los conservadores estridentes que finalmente condujo a la destitución el año pasado del presidente de la Cámara, Kevin McCarthy. Pero en el nuevo Congreso, Johnson tendrá una mayoría aún más pequeña y un presidente ansioso por aprovechar el control republicano de Washington.
Las pérdidas electorales, combinadas con la selección por parte de Trump de tres republicanos de la Cámara de Representantes para servir en su nueva administración, dejarán al partido con un margen de un voto al menos hasta principios de abril, cuando se celebren elecciones especiales para cubrir las vacantes.
