El desencuentro viene por una terminal de lujo que, según los de Janet Sanz, cuenta con el visto bueno del Gobierno, mientras que el PSC niega la mayor y asegura que se mantiene firme en el compromiso de reducir el número de visitantes
Barcelona propone aumentar el IBI de los hoteles de lujo y cobrar más tasas a los autocares turísticos
Los Comuns aseguran que el pacto con el PSC para aprobar las ordenanzas fiscales está “roto”. Así lo ha considerado la presidenta del grupo municipal, Janet Sanz. El desencuentro ha venido después de que, según aseguran los comuns, el PSC les comunicara que está sobre la mesa la posibilidad de hacer una nueva terminal de cruceros de lujo.
Por contra, los de Sanz planteaban la eliminación de dos terminales de lujo, las dos que son de titularidad pública, y que hubiera supuesto la reducción de 1,2 millones de cruceristas al año. “Es una propuesta incoherente, vinculada al negacionismo climático y al clasismo”, han apuntado los Comuns.
Por su parte, desde el PSC niegan la mayor y aseguran que el compromiso del Gobierno de Barcelona sigue siendo el de reducir de siete a cinco las terminales de cruceros del Puerto de Barcelona. “No convirtamos una terminal fantasma que no existe en un nuevo Hard Rock para no aprobar las ordenanzas”, ha pedido el teniente de alcalde y responsable del área de economía, Jordi Valls.
Según el PSC, “nadie ha propuesto esta terminal y no formaba parte el acuerdo con los Comuns”. Se refieren a un acuerdo -independientemente de las ordenanzas fiscales- en el que ambos partidos se comprometían a reducir las terminales del puerto y a rebajar el número de cruceristas. En esta misma línea, el alcalde llegó el pasado septiembre a un acuerdo con la Generalitat para aumentar “de forma sustanial” la tasa turística a los cruceros que hagan escalas de menos de 12 horas.
Valls insiste en que la terminal de lujo no es una propuesta formal. Se trata de una “apreciación” del Puerto de Barcelona, ente también presente en la mesa durante las negociaciones para el cierre de dos terminales. “Ellos consieran que el mercado va hacia la creación de cruceros más pequeños y tenemos que escucharles. Entiendo lo que dicen, pero eso no significa que lo comparta”, ha añadido el teniente de alcalde.
El borrador del acuerdo, al que ha tenido acceso elDiario.es apunta que el Gobierno municipal “constata y valora positivamente que el Puerto plantea habilitar una miniterminal” que dé servicio a barcos de lujo, que tienen una capacidad sustancialmente menor -de 1.000 pasajeros. Valls asegura que si esta terminal de lujo se llegara a hacer no sería necesario abrir un espacio nuevo, sino que se podría ubicar en las cinco restantes. “Es competencia del Puerto decidir qué hacen con las terminales que les van a quedar”.
Por otro lado, el PSC ha afeado a los Comuns que les interese más “el relato y la gesticulación que los hechos” y ha insistido en que el acuerdo que tenían para reducir las terminales de cruceros no tiene nada que ver con el de las ordenanzas fiscales. Por su parte, Janet Sanz considera que la nueva terminal “encalla” las negociaciones que, desde hace meses, PSC y Comuns mantienen para aprobar las ordenanzas fiscales, que son un ensayo general de cara a la negociación de los presupuestos de la ciudad.
A pocas horas de la votación, los Comuns no han cerrado todavía la puerta a aprobar las ordenanzas, que se votan este miércoles a las 16h, pero han asegurado que para que eso suceda “Collboni tiene que rectificar y tiene que haber un compromiso contundente de no crear esta terminal”.
Hasta esta semana, todo hacía pensar que las ordenanzas se aprobarían sin problemas, después de que el PSC hubiera adoptado gran parte de las demandas tanto de los Comuns como de ERC y se aviniera, entre otras cosas, a aumentar el IBI a hoteles de lujo e infraestructuras turísticas, así como a cobrar más caras las tasas a lo autocares de visitantes.
Pero en el último momento, las negociaciones se han torcido y esto pone en peligro las ordenanzas -Barcelona tiene prorrogadas las de 2022-, pero Sanz ha querido dejar claro que la votación de este miércoles no deja de ser consultiva en la Comisión de Economía. El voto definitivo será el que se emita el viernes en el Pleno.
Lo que salga de allí no solo determinará el futuro de las ordenanzas, sino también de los presupuestos. En vista de que el resto de grupos de la oposicion ya han anunciado que votarán en contra, Collboni necesita de los votos de ERC -que ya tiene asegurados- y de los Comuns.
Si los de Albiach deciden votar en contra, como ya hicieron el año pasado, las cuentas municipales no saldrán adelante. El año pasado, Collboni se vio obigado a activar la baza de la moción de confianza, una medida por la cual un alcalde puede desatascar negociaciones encalladas.
Se trata de ligar la decisión a la misma continuidad del alcalde. Si la oposición no consigue ponerse de acuerdo y presentar un candidato alternativo, el mandato y la negociación en cuestión quedan automáticamente refrendadas.
Esto fue lo que pasó en 2023, pero la moción de confianza es una carta que sólo se puede jugar dos veces por mandato y nunca dos años seguidos, así que Collboni depende del favor de lo Comuns para sacar adelante sus cuentas y también su mandato.