Que el
domingo era el día del fútbol, en mayúsculas, es un dicho que cayó hace tiempo en
desuso. Los nuevos hábitos impuestos por la
televisión reparten la jornada en cuatro días, de viernes a lunes, intentando evitar además que los horarios se 'pisen' unos a otros, encerrando en el baúl de los recuerdos aquellas jornadas en las que se disputaba un montón de partidos a la misma hora.
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