Giannis Antetokounmpo, esa efervescente fuerza de la naturaleza, reverdeció sus laureles, los de los Milwaukee Bucks y desvirgó a
Damian Lillard, una estrella huérfana de triunfos colectivos en la NBA y ni siquiera cerca haciendo suya la Copa en uno de esos poderosos arrebatos tan suyos que desbordó por completo a los jóvenes y alegres
Oklahoma City Thunder en la final (97-81). El griego, doble MVP de la NBA, de las Finales y sucesor de
LeBron James en el de la Copa cuya primera edición levantaron los Lakers, se ganó el trofeo individual y colectivo con una portentosa exhibición reflejada en un triple-doble de 26 puntos, 19 rebotes y 10 asistencias con un 10/19 en tiros de campo y agregando 2 robos y 3 tapones, bien acompañado también por un Lillard con 23 tantos.
Seguir leyendo...