Las condiciones de seguridad para los usuarios de la ruta 27 han desmejorado en el último año debido al deterioro o la falta de algunos elementos de seguridad, así como al estado de los pavimentos y los taludes a lo largo de la vía entre San José y puerto Caldera.
Así se desprende de un informe presentado este lunes por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), el cual analizó la condición estructural y funcional de los pavimentos, los elementos de seguridad vial y movilidad, y una inspección de los taludes.
En relación con los pavimentos, se contemplaron aspectos como la calidad de materiales, el diseño estructural, el nivel de servicio (confort, costos operativos, seguridad vial) y el deterioro superficial.
Lanamme detecta aumento en deterioro de pavimentos de la ruta 27
Esas valoraciones determinaron que, pese a que en la mayor parte de la troncal principal, predominan buenas condiciones estructurales, los deterioros superficiales continúan en aumento respecto a evaluaciones anteriores.
Se evidenciaron condiciones como piel de lagarto, baches, exudación y desprendimiento de agregado, además de un incremento en grietas longitudinales y transversales.
Los expertos advirtieron de que la exudación, prohibida en el cartel de licitación de este proyecto por su impacto negativo en el agarre superficial, es uno de los aspectos sobre los cuales se llama la atención, ya que las mediciones de la resistencia al deslizamiento dieron como resultado una condición “muy deslizante” en algunos tramos de la carretera. En las radiales, predomina la condición “deslizante” de forma generalizada.
Para atender esta situación, se recomendó a la concesionaria a cargo de la ruta implementar intervenciones tempranas, como sellos asfálticos en zonas con deterioros funcionales para evitar su propagación.
Además, mantener o mejorar los estándares de calidad y mantenimiento del proyecto, y ejecutar “de inmediato” una rehabilitación mayor en radiales con condiciones estructurales críticas para extender su vida útil.
Al valorar las condiciones de seguridad vial, se mencionan deficiencias en la vía principal y sus radiales relacionadas con diseño geométrico, señalización vial, márgenes de carretera, sistemas de contención vehicular, conectividad peatonal, e infraestructura peatonal destinada al transporte público.
Se identificaron 1.459 señales verticales, de las cuales un 87% se clasificó como bueno, 6% como regular y 7% como malo. En cuanto a la demarcación horizontal, se registraron 341 tramos y sitios en toda la troncal definidos en estado malo o deteriorado.
El informe del Lanamme localizó los sitios con mayor incidencia de choques y atropellos en la ruta y los principales factores de riesgo de la infraestructura vial para la ocurrencia de tales eventos.
Entre esas deficiencias, están la falta de sistemas de contención vehicular, mallas de protección, infraestructura ciclista, conexión con transporte público e iluminación.
“El análisis de los tramos con alta concentración de atropellos revela la necesidad de que los habitantes y trabajadores crucen la carretera, especialmente en áreas fuera de la influencia de los puentes peatonales. Esto aumenta el riesgo de atropellos debido a la falta de infraestructura segura para cruzar”, agrega el documento.
Se identificaron seis tramos de la ruta con un “riesgo muy alto” de choques viales y uno en la radial Coyol donde el riesgo es “alto”.
Al inspeccionar la situación de los taludes, los expertos del Lanamme evidenciaron un total de 56 sitios de inestabilidad que presentaban afectación por mal manejo de escorrentía superficial y erosión, entre otras fallas.
Debido a condiciones de seguridad, solo siete de los taludes se valoraron con herramientas más detalladas. De estos, tres tienen una condición de riesgo “baja”, por lo que se recomienda el uso de métodos de control de erosión y manejo de agua de escorrentía superficial.
Otros tres taludes presentaron una condición “media” y requieren de una evaluación más detallada para determinar su estado final; uno presenta una condición “alta”, por lo que necesita un análisis profundo, considerando la topografía actual y escenarios con saturación del terreno y sismo.
11 taludes son el dolor de cabeza de usuarios de ruta 27 desde su apertura
En el estudio se observaron cunetas y, en algunos casos, contracunetas, las cuales se consideran esenciales para asegurar la estabilidad de los taludes. Las evidencias de erosión superficial observadas indican que, en algunos taludes, los sistemas existentes son insuficientes.
Por esa razón, los especialistas recomendaron mejorarlos. En los taludes sin sistemas adecuados para controlar la escorrentía superficial, se recomiendan medidas de mitigación para prevenir la erosión y mejorar la estabilidad.
Además, se instó a la Administración y a la Concesionaria a realizar estudios geotécnicos y topográficos más completos.
La Nación consultó a la concesionaria a cargo de la carretera para conocer su posición respecto a los resultados del informe. Sin embargo, indicaron que no se referirían al tema, pues desconocían el documento. Así lo comunicaron por medio de su agencia de su comunicación.