La ciudad de Guadalajara es una de las joyas de nuestro querido México. Urbe pujante, moderna, con amplia oferta cultural, gastronómica y deportiva. En diciembre de 2023, la ciudad, su gente y su cultura sufrieron tremendo atropello al aceptar un juez la absurda petición para suspender la actividad taurina, a unos días de celebrar un gran cartel de rejones con el adiós de Pablo Hermoso de Mendoza, su hijo Guillermo y el mexicano Fauro Aloi. Golpe bajo, generado por la deleznable intención prohibicionista de grupos “ecológicos” de reciente creación y nula actividad seria a favor del bienestar animal, simplemente por intentar imponer un criterio sin conocer ni entender el valor del toro bravo en la ecología, en la cultura, pero sobre todo en la libertad y respeto entre mexicanos.
El tiempo, la justicia y el sentido común prevalecieron una vez más y dicha absurda suspensión fue revocada y la libertad ha vuelto como bandera en Jalisco. 432 días después, la Monumental Nuevo Progreso de Guadalajara tendrá actividad taurina nuevamente.
Será el viernes 31 de enero cuando la puerta de toriles se abra, una vez más, para ejercer nuestra libertad y derecho a la cultura. Para celebrarlo con fuerza y determinación, la empresa Espectáculos Monterrey ha puesto toda la carne al asador. Ha sido un año de grandes apuestas como la exitosa reapertura de la plaza Alberto Balderas en Ciudad Juárez, Chihuahua. La serie de corridas en Monterrey, siete festejos en los que se apreció que con actividad constante la gente abraza la tauromaquia como espectáculo recurrente. Lo mismo ha sucedido en la ciudad de León con 9 festejos, ni qué decir de Aguascalientes con 18 tardes de toros tan solo en la feria, más la temporada de novilladas en la San Marcos.
La apuesta para el regreso de los toros en Guadalajara está de acuerdo con el nivel y calidad de afición en La Perla Tapatía. Ha sido evidente que tras las suspensiones que han sufrido distintas plazas, una vez pasado el trago amargo de ver nuestra libertad coartada, público y aficionados se han volcado a defender la cultura de la tauromaquia, asistiendo en gran número a los tendidos, demostrando que la Fiesta está viva y que México es taurino.
Once festejos del 31 de enero al 30 de marzo. Algunos fines de semana tendrán toros viernes, sábado y domingo, lo que se me antoja un sensacional fin de semana para que los de fuera viajemos a Guadalajara y disfrutemos de su ciudad, restaurantes y, desde luego, de la oferta taurina.
El adiós de dos de los más grandes nombres en la historia moderna de la tauromaquia: Enrique Ponce y Pablo Hermoso de Mendoza, maestros del toreo, privilegio de nuestra época.
Organizar un serial de once festejos tuvo que haber sido un verdadero rompecabezas, mismo que hay que armar con talento, mano izquierda y mucha paciencia. Comenzando por contar con once encierros que estén presentados acorde a la exigencia del Nuevo Progreso. Este trabajo tuvo que haber comenzado hace meses, muchos meses, con visitas a las distintas ganaderías por parte de los veedores. Kilómetros y kilómetros de carretera que, dada la lamentable situación de inseguridad en el país, presenta el doble de mérito. Documentar el avance de los toros, intentar que los once encierros estén lo más parejos posible, que cuente cada toro con las hechuras para embestir aunada a la seriedad que exige el público tapatío.
Luego viene la conformación de los carteles. Un ajedrez complejo, lleno de juegos psicológicos por parte de los apoderados, ya que siempre el jardín de enfrente lo aprecian más verde. Pocos son los que realmente son conscientes que el valor de su torero es el valor de la gente que pasa por taquilla bajo el conjuro de su nombre.
En lo personal veo bien las combinaciones; hay cartelazos de toros y toreros. El único arroz negro en este sensacional guiso taurino es la inexplicable ausencia de uno de los mejores y más deseados toreros de la baraja mexicana; me refiero a Héctor Gutiérrez. Se hizo matador en esta plaza, es triunfador del Nuevo Progreso y pasa por un gran momento.
Hay cosas que yo no entiendo. Supongo que hubo negociaciones entre la empresa y el apoderado. Si no lograron su inclusión, tache rotundo para los dos.
Venga, afición tapatía y aledaña, llenemos el Nuevo Progreso, demostremos que México es taurino y que Guadalajara es pieza clave en el maravilloso mundo de la tauromaquia.