Organismos empresariales ya están enviando cabilderos con sus contrapartes en Estados Unidos (EU) para hacer un frente común para defender la permanencia delTratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)y tampoco se hagan medidas en contra del mismo.El presidente de la Asociación Nacional de Profesionales del Cabildeo (Procab), Gustavo Almaraz Petrie, comentó a MILENIO que aunque el proceso de negociación iniciará una vez que Donald Trump asuma el cargo de presidente en Washington, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) como la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin) empezaron el análisis de temas específicos de la industria automotriz, aeroespacial, acero, aluminio, electromovilidad y agroindustria a los que en coordinación con la Secretaría de Economía, se continuarán sumando otros que presentarán a sus contrapartes estadounidense y canadiense.“Nosotros como profesionales en asesoría e interlocución, estamos trabajando con las cámaras empresariales sobre quienes deben llevar el liderazgo específico en las negociaciones y cuál debe ser el camino con conocimiento del panorama político a fin de mitigar los efectos de posibles violaciones al acuerdo comercial o de la imposición de aranceles que Trump amenaza aplicar y para lo cual se debe estar preparados”.Reconoció que tal vez se tenga que entrar en una “batalla comercial momentánea” en la que México debe actuar con aranceles a productos más sensibles de la economía de Estados Unidos que les sirvan para “abrir una negociación equilibrada que no incluya la migración y narcotráfico como pretexto para avanzar en temas comerciales o pretender mantener abierto indefinidamente la revisión del acuerdo comercial”. Carlos Chávez Icaza, vicepresidente de desarrollo empresarial y competitividad de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en la Ciudad de México, dijo que por desgracia el cabildeo en el país quedó en manos de legisladores con poca experiencia y los empresarios no tienen señales claras de cómo actuar frente a la posible imposición de aranceles o revisión de temas torales como el acero, aluminio e industria agroalimentaria.“Hay cierta incertidumbre por falta de información por lo que se está haciendo en el sector empresarial es tratar de estrechar vínculos con sus contrapartes en Estados Unidos para visualizar escenarios y mitigar riesgos o pérdidas y de ahí que exista desde hace meses extrema cautela en la inversión que podría caer muy estrepitosamente de imponerse aranceles a las exportaciones”, advirtió. Mientras que Odracir Barquera, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), señaló que para tener una visión conjunta de hacia donde se tiene que mover la industria, se mantiene desde hace tiempo, pues hacen un contacto quincenal con las asociaciones automotrices de Estados Unidos y Canadá.“Este diálogo es directo y así lo hemos establecido todo el tiempo para destrabar temas comunes y claro, evidentemente una vez que se entre a la revisión del acuerdo comercial intensificaremos ese acercamiento”, apuntó. Explicó que los temas principales a abordar en la revisión del T-MEC son el cumplimiento del panel de reglas de origen automotriz que es una prioridad, así como contar con un manual de auditoría para verificaciones de origen que permita continuar fortaleciendo la competitividad frente a otros bloques comerciales. “La idea es que no haya modificaciones en el contenido de origen porque de hacerlo más restrictivo se afectará la competitividad conjunta de los tres países y de ahí la necesidad de entablar un diálogo positivo”.La punta del iceberg Juan Francisco Torres Landa, socio mercantil y financiero de Hogan Lovells, expresó que la amenaza de imponer aranceles de 25 por ciento a las exportaciones podría ser la punta del iceberg de una serie de decisiones comerciales unilaterales de Trump por lo que urgió robustecer el equipo de cabildeo y negociadores de México ante la contraparte estadounidense.“El equipo mexicano debe incluir expertos sin importar su ideología y no operar incompletos ante la proeza que se requiere de enfrentar amenazas y una relación ríspida en la que no hay que parar goles sino anotarlos”.Precisó que conforme al cabildeo de la firma en empresas de México y Estados Unidos lo que más preocupa en la revisión del T-MEC es la imposición de aranceles a las exportaciones que tendría efectos catastróficos pues generaría una disrupción directa en las cadenas de suministro y los objetivos comerciales.“Nuestra firma con amplia presencia en los sectores productivos de Estados Unidos y México nos da alta capacidad de interactuar y el consenso es que en vez de pelearse es mejor colaborar para mantener e impulsar un acuerdo comercial sumamente benéfico para todos los países involucrados”.Torres Landa señaló que conforme a encuestas entre ciudadanos estadunidenses, se tiene la percepción de que los aranceles los pagará el exportador y el consumidor del país de origen que ciertamente es un argumento electoral apetecible, pero lo cierto es que de inmediato observarán una escasez y aumento de precios en los productos que consumen, principalmente alimenticios, que no les agradará y que México podrá aprovechar para impulsar las negociaciones.“Lamentablemente desde la desaparición de Pro-México en el sexenio pasado, se eliminaron muchos vínculos con el sector legislativo y empresarial de Estados Unidos que ahora debemos reponer estructurando un buen equipo de expertos que evite llegar famélicos a la revisión del acuerdo comercial y tengamos en el futuro una buena historia que contar”.ER