En agosto pasado, el preso Osiel Cárdenas Guillén recibió la mejor noticia de su vida. Después de 21 años en una cárcel de Indiana (Estados Unidos), el fundador del Cártel del Golfo obtendría su libertad.
Pero, esa felicidad le duraría poco al ser notificado sobre su deportación a México.
Este 16 de diciembre, la sombra del pasado más negro del país regresaría para saldar la cuenta de siete procesos penales sobre delincuencia organizada y posesión de armas de fuego.
Según informó el Gobierno de México, el despiadado narco, que en los noventa dirigió el Cártel del Golfo y al que sus enemigos le tenían miedo, podría pasar hasta 730 años en la cárcel.
Osiel Cárdenas Guillén tiene mil y un rostros. Uno por cada persona que lo mira: mesías y demonio. Para la prensa, Osiel era una figura por la cual temer.
Se ganó el apodo del ‘Mata Amigos’ por estar detrás del asesinato de Salvador Gómez Herrera, uno de sus aliados más cercanos y antiguo jefe del Cártel del Golfo.
Pero también le apodaban El Ingeniero, por sus humildes conocimientos como mecánico, en Matamoros, Tamaulipas.
Las heridas que abrió Osiel Cárdenas en México siguen sangrando. Su deportación es una forma de cicatrizarlas.
Este lunes 16 de diciembre, el Gobierno de México informó que el ex líder del Cártel del Golfo sería trasladado al Centro Federal de Reinserción Social, Altiplano en Estado de México.
Actualmente, la FGR cuenta con tres órdenes de aprehensión pendientes de cumplimentar en contra de Osiel Cárdenas por los delitos de homicidio calificado, delincuencia organizada y contra la salud.
Con la detención Osiel “N” se reactivarán y continuarán siete procesos penales federales, por su probable responsabilidad en la comisión de diversos delitos.
