La victoria de Rafael Louzán en las elecciones de la RFEF acaban con el vacío de poder pero no con la tensión judicial que ha vivido la Federación en los últimos años. El nuevo presidente tiene una pendiente una condena de siete años de inhabilitación por prevaricación, aunque está pendiente del recurso presentado ante el Tribunal Supremo, que decidirá el próximo 5 de febrero.
«Es una pena porque tiene esto», dice gente que ha trabajado muy cerca de él en los últimos meses. Como si fuera una enfermedad pasajera y estuvieran convencidos de que será absuelto en febrero de los cargos que se le imputan, haber pagado la misma subvención dos veces para la construcción de un campo de fútbol cuando era presidente de la Diputación de Pontevedra. Destacan de él su capacidad como gestor y su buen trato con los empleados.
Louzán no ha olvidado su perfil político y ha ido eliminando obstáculos que podían dificultarle el ejercicio de la presidencia. Era el candidato avalado por Javier Tebas y LaLiga. «En lo personal yo deseaba a Rafael Louzán de presidente. Era el mejor candidato. Le pido que sigamos la línea que hemos marcado el último año con Pedro Rocha a la cabeza y que haya la misma forma de entendimiento, teniendo diálogo», dice el presidente de LaLiga. Y espera que su situación judicial se aclare: «No me preocupa. Estoy seguro de que Rafa Louzán se rodea de buen equipo. Espero y deseo que sea revocada su resolución».
El otro punto de fricción habitual de los presidentes federativos ha sido el presidente de la escuela de entrenadores Cenafe, Miguel Ángel Galán. Louzán ha pactado con el hombre que ha acabado con todos los presidentes federativos de Villar hasta hoy para reconocer los títulos que concede su escuela y garantizarse que no denunciara su candidatura por la condena de inhabilitación. Diez horas de reunión que le sirvieron para conseguir que Galán no impugnara su candidatura. Aunque el pacto, de momento, sólo tiene validez hasta los primeros días de febrero, cuando el Supremo debe decidir sobre la inhabilitación de Louzán.
«Lo primero que voy a hacer cuando gane es llamar al Gobierno», decía Louzán el viernes pasado en un desayuno con los medios. El presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, ya anunció hace días su intención de recurrir al TAD la inhabilitación de Louzán.
«Del Gobierno me preocupa todo desde hace tiempo. La ley del deporte es clara, que no utilicen organismos teóricamente independientes para cambiar lo que ha sido la decisión democrática de la Asamblea», reclama Javier Tebas.
Louzán, mientras, ya vive sus primeras horas como presidente de la Federación y agradece, emocionado, el apoyo de su familia. «Amo a mi familia», dijo antes de que la emoción le impidiera continuar. La familia siempre ha sido importante en su vida. Más aún desde que su hijo mayor, Rafael, falleciera después de ser atropellado a las puertas de su casa cuando tenía 9 años.