Si no hay cambios significativos en la relación entre el Partido Popular andaluz y la formación Jaén Merece Más, los populares perderán en enero próximo la alcaldía jienense, para que la tome el candidato del PSOE que la perdió en 2023. El precio es público y notorio: 600 millones de euros, comprometidos con el puño y la letra de María Jesús Montero , que ha concurrido a financiar la moción de censura contra el PP en su doble condición de vicesecretaria general del PSOE y de ministra de Hacienda, además de vicepresidenta primera del Gobierno. Es evidente que para los socialistas era prioritario romper la hegemonía del PP en las capitales andaluzas y abrir una brecha por la que colar el discurso de la recuperación electoral del PSOE andaluz. Claro que la forma elegida no es precisamente la que augure un efecto dominó, porque el cambio en la alcaldía será fruto de una disposición de dinero público destinado a enjugar los sucesivos déficit que se fueron generando por los gobiernos socialistas del Ayuntamiento de Jaén y también en dos ocasiones por el Partido Popular. Los socialistas inventaron el autoindulto, la autoamnistía y, ahora, la autocondonación. Pero, precisamente, con estos antecedentes forjados en la relación del PSOE con sus socios separatistas catalanes, sorprende que los dirigentes de Jaén Merece Más se crean las promesas que les han hecho socialistas. No se extrañen los tres concejales de esta formación local de que, en el día de mañana, cuando hayan dado la alcaldía al PSOE, empiecen a surgir problemas «técnicos» en la condonación de deuda o en la inversión en infraestructuras, o que les digan que hay que evitar agravios con otras ciudades, sean o no capitales de provincia. Sus epígonos de Teruel También Existe apoyaron a Sánchez en su primera investidura y salieron escaldados, porque las promesas del PSOE se escriben en agua o se hacen a sabiendas de que no podrán cumplirse. Al margen de la valoración concreta que merezca este acuerdo entre el PSOE y Jaén Merece Más –también Málaga, Sevilla, Córdoba, Cádiz, Almería, Granada y Huelva merecen más, sin duda–, resulta descriptiva de la degradación de la práctica política la facilidad con la que el PSOE compromete una cantidad semejante de dinero público, que si era de justicia dar a Jaén, tendría que haberse dado sin comprar la alcaldía. ¿A cuántos ayuntamientos aspira el PSOE con este método venal? ¿Cuánto dinero de todos los españoles le sobra a María Jesús Montero para seguir comprándole alcaldías al PSOE? ¿Es así como pretende reconquistar el poder territorial perdido en mayo de 2023? En esta grieta del poder municipal del PP andaluz también aflora la pregunta de si este partido ha hecho lo posible por mantener el pacto con Jaén Merece Más o si, realmente, el guion de la moción de censura ya estaba escrito desde hace meses e inmune a cualquier iniciativa del ejecutivo de Juan Manuel Moreno. Hay formas de corrupción que no necesariamente pueden ser constitutivas de delito, pero que entran de lleno en la falta de honradez política y en la desinhibición ética absoluta. El caso de la moción de censura en el Ayuntamiento de Jaén es un ejemplo de que, cuando la dinámica del poder está en manos de ambiciones sin escrúpulos, el fin justifica los medios, cualesquiera que estos sean. Con el precedente del Ayuntamiento de Pamplona, entregado por los socialistas a EH Bildu para que Pedro Sánchez siguiera en La Moncloa, el socialismo español ha acreditado que carece de sentido de la lealtad institucional y de que sus estrategias contra el PP admiten cualquier propuesta.