El ecosistema fintech en Costa Rica se fortalece impulsado por alianzas estratégicas con la banca tradicional, lo que permite una oferta más innovadora de servicios financieros y un impulso al desarrollo de las empresas de este sector.
A pesar de la incertidumbre generada en los últimos años por la falta de regulación clara respecto a su funcionamiento, las empresas tecnofinancieras se han posicionado como socios clave para la banca tradicional.
Carlos Meléndez, gerente de Prosoft y vicepresidente de la Cámara de Tecnologías de la Información y Comunicación (Camtic), explicó que el ecosistema ha crecido a pesar de las limitaciones de tamaño del mercado costarricense.
Meléndez, quien además es coordinador del capítulo de fintech de Camtic, destacó que las alianzas con la banca han sido fundamentales, resultando en una combinación “exitosa” que beneficia a ambas partes.
Desde la Cámara se promueven acuerdos que aprovechan la agilidad e innovación de las fintech y la solidez y experiencia de las entidades financieras. Las fintech destacan por ser más ágiles, innovadoras y con gran pericia en tecnología, mientras que los bancos aportan una base de clientes estable y confianza.
“Es como lo mejor de los dos mundos”, aseguró Meléndez, quien también destacó que, en solitario, las fintech pueden enfrentar dificultades para generar confianza o alcanzar volumen, algo que los bancos ya poseen, aunque estos enfrentan retos para innovar.
En un estudio reciente de Camtic en coordinación con Misión Lunar, se identificaron poco más de 60 fintech en el país, en su mayoría enfocadas en pagos. Aunque también hay identificadas iniciativas en desarrollo.
Jimmy Solano, country manager de Evertec Costa Rica, comentó que las alianzas con la banca tradicional han permitido enfrentar los desafíos regulatorios del sector fintech, impulsar la innovación y generar confianza en el ecosistema de pagos.
“Al colaborar con bancos tradicionales, las fintech han encontrado un camino para crecer de manera ágil y eficiente, combinando experiencia bancaria con sus propias capacidades tecnológicas. Esto no solo les ayuda a navegar mejor un entorno regulatorio esperado, pero aún en evolución, sino que acelera la adopción de soluciones de pago innovadoras que benefician a consumidores, a los comercios y a otras empresas”, afirmó Solano.
Mario Hernández, fundador y director ejecutivo de Impesa, una de las fintech más relevantes en Centroamérica, subrayó que las alianzas con la banca han sido esenciales para el crecimiento del ecosistema en el país.
Actualmente, Impesa cuenta con más de 20 alianzas bancarias en la región, lo que ha permitido un crecimiento sostenido de la industria financiera y ha hecho que los medios de pago sean más eficientes y competitivos.
En Costa Rica destacan alianzas como la de Zunify con el Banco Nacional y el BCT, o el caso de Kash, que trabaja con BAC. Recientemente, el Banco de Costa Rica (BCR) también anunció una alianza con Evertec.
Adicionalmente, han surgido iniciativas que combinan directamente ambos mundos, como Wink, una plataforma digital de servicios financieros propiedad de Coopenae, una entidad supervisada.
Diego Loaiza, gerente de Wink, informó de que en sus primeros seis años de operación han alcanzado 154.000 asociados, con una tasa de usuarios activos del 55% y una edad promedio de 28 años.
“La sinergia entre las fintech y las entidades tradicionales es clave para el éxito en el ecosistema financiero actual. Para Wink, contar con el respaldo y apoyo de una entidad sólida como Coopenae es absolutamente esencial", manifestó Loaiza.
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Natalia García, vicepresidenta de Comunicación y Experiencia del Cliente de BCT, afirmó que las alianzas entre las fintech y la banca tradicional representan una relación de “ganar-ganar”.
García manifestó que las soluciones que trabajan con las fintech les aportan agilidad e innovación y el banco le ofrece a las empresas una solidez y experiencia. “Estas alianzas permiten ampliar la oferta de servicios, acelerar la transformación digital y generar valor agregado al ecosistema financiero”, añadió.
Loaiza resaltó que Wink aporta a Coopenae un enfoque ágil, innovación constante y un menor tiempo de salida al mercado, superando las limitaciones comunes en los sistemas tradicionales.
Por su parte, Hernández enfatizó que la relación entre banca y fintech ha evolucionado aceleradamente, pasando de ser proveedores tecnológicos a convertirse en socios estratégicos que desarrollan nuevos modelos de negocio.
En tanto, Solano explicó que todas las partes resultan beneficiadas. Las fintech aportan tecnologías de vanguardia, flexibilidad y un enfoque centrado en el cliente. Mientras que, los bancos tradicionales ofrecen alcance, infraestructura y respaldo.
El IV Informe Fintech en América Latina y el Caribe, publicado por Finnovista y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), estima que en Costa Rica hay 48 empresas fintech, una cifra ligeramente inferior a las 60 identificadas por Camtic.
Sin embargo, este número representa un crecimiento significativo en comparación con las nueve empresas registradas en 2018 en este mismo informe. Sin embargo, aún se mantiene lejos de líderes regionales.
El estudio destaca que el sector fintech en Costa Rica está evolucionando y que cada vez más empresas lanzan productos propios, ofreciendo servicios directos al consumidor y dejando atrás el papel de simples proveedores tecnológicos.
