El enviado especial de la ONU para Siria reafirmó la necesidad de una transición "creíble e inclusiva" en su reunión con el jefe del grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que lideró la coalición que derrocó al presidente Bashar al Asad.
El enviado Geir Pedersen, que llegó el domingo a Damasco, se reunió con Abu Mohamed al Jolani, quien ahora se hace llamar por su nombre real, Ahmed al Sharaa, y el Primer Ministro encargado de la transición hasta el 1 de marzo, Mohamad al Bashir, según un comunicado de sus servicios divulgado en Telegram.
El enviado especial presentó los resultados de la reunión internacional de Aqaba sobre Siria del 14 de diciembre, "reafirmando la necesidad de una transición política creíble e inclusiva (...) dirigidas por los sirios, basada en los principios de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas".
La resolución 2254, adoptada en 2015, destaca "su firme compromiso con la soberanía, con la independencia, con la unidad y la integridad territorial de la República árabe siria" y establece una hoja de ruta para una solución política en Siria.
Por otro lado, Pedersen subrayó el domingo la "intención de Naciones Unidas de suministrar toda la ayuda necesaria al pueblo sirio" y "fue informada de sus desafíos y prioridades".
El comunicado precisó que Pedersen tiene previsto varios compromisos en los próximos días, pero no dieron más detalles.
El 8 de diciembre la coalición rebelde ingresó a Damasco y anunció el derrocamiento del poder en manos de la familia Al Asad desde hace 50 años, luego de una ofensiva fulgurante que le permitió conquistar una gran parte del país en 11 días.
Abandonado por sus aliados iraníes y rusos, Bashar al Asad escapó a Moscú.
El grupo HTS, exbrazo sirio de Al Qaida, afirma que rompió sus vínculos con el yihadismo pero sigue estando clasificada como "terrorista" por varios países de occidentes, entre ellos Estados Unidos.
Varios países y organizaciones celebraron la caída de Al Asad, pero dijeron que estaban esperando a ver cómo las nuevas autoridades, los musulmanes sunitas, tratarían a las minorías multiétnicas y multiconfesionales del país.
Mientras tanto, varios países han anunciado que han ido estableciendo contacto con las nuevas autoridades sirias.
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