Córdoba vuelve a encarar la Navidad con experiencias muy diferentes que reúnen al mismo tiempo todo lo que define a esta provincia el resto del año: historia, cultura, gastronomía e innovación. Para muchos se convierte en el destino perfecto para disfrutar con los cincos sentidos de una época del año que comienza con las primeras luces del alumbrado y termina con el sabor de sus tradicionales mantecados o con la visita a un pueblo dominado por gnomos. Además de aprovechar para conocer la capital, es recomendable pasar al menos dos o tres días en la provincia para disfrutar, sin prisas, de toda la oferta navideña.
Para comenzar este viaje, Rute se erige como uno de los epicentros navideños más destacados de la región. Bajo el lema «El corazón de la Navidad», el municipio de la Subbética aprovecha su reconocido patrimonio gastronómico para atraer a más de 80.000 turistas cada año. La particularidad son sus museos, tan navideños que se pueden saborear: el Museo del Anís, el Museo del Mantecado La flor de Rute, el Museo del Azúcar, el Museo del Jamón o el belén de chocolate más grande de España, una autentica obra de arte elaborada durante meses con más de 1.500 kilos de chocolate.
Más allá de los museos, el encanto de Rute radica en su capacidad para transmitir una experiencia completa. Las calles, engalanadas con luces y aromas a dulces tradicionales elaborados en la localidad, invitan a realizar un recorrido que mezcla el disfrute sensorial con la introspección propia de estas fechas. Se trata de un destino que seduce por sus productos y por la narrativa que los envuelve: una historia de esfuerzo, pasión y respeto por las tradiciones.
Por su parte, encaramado sobre un peñón y rodeado por el embalse que lleva su nombre, Iznájar, declarado “Municipio Turístico” junto con Rute, vive estas fechas con una intensidad particular. El municipio se engalana con su tradicional poblado y mercado navideño, que tiene lugar en el Paseo de la Constitución. Allí, la música de pandillas y mochileros, acompañada por laúdes y guitarras, llena las calles de un aire que puede resultar melancólico y que evoca a las antiguas rondas navideñas.
La siguiente parada es Puente Genil. Pensar en esta localidad durante la Navidad es hablar de luz en su máxima expresión. Desde mediados de noviembre hasta Nochevieja, sus calles se convierten en un espectáculo de colores y formas. No es casualidad que este municipio haya hecho de su alumbrado navideño uno de sus mayores reclamos turísticos: aquí tiene su sede Ximénez, una de las empresas de iluminación decorativa más importantes del mundo. Las luces que engalanan este municipio cuentan con la última tecnología y son la antesala de lo que se puede ver en grandes ciudades como Nueva York o Londres. Cada viernes, diferentes espacios de la localidad como la Plaza Nacional, Romeral y Plaza de España se convierten en escenarios de actuaciones en directo durante el encendido de las luces, fomentando que vecinos y visitantes recorran diferentes puntos del municipio y dinamizando la vida navideña local.
El recorrido continúa en El Viso, al norte de Córdoba, donde la Navidad tiene un carácter especial gracias al Auto Sacramental de los Reyes Magos, una tradición con casi dos siglos de antigüedad. Este espectáculo, declarado Fiesta de Interés Turístico de Andalucía, involucra a más de 230 personas entre actores, músicos y bailarines, que representan con precisión histórica la adoración de los Reyes Magos.
En la aldea de Morente, en el término municipal de Bujalance, los vecinos se unen para transformar sus calles en un auténtico cuento navideño, decorándolas con cerca de un centenar de gnomos.
Por otro lado, en Torrecampo, la Navidad toma la forma de un belén viviente que involucra a casi 300 vecinos del municipio. Durante esta representación, que abarca 54 escenas distintas, el pueblo entero se transforma en una recreación histórica de la Palestina del nacimiento de Jesús. Por otro lado, en Los Blázquez, el Belén Artesanal se ha convertido en un reclamo turístico destacado. Cada figura, cada rincón, muestra el detallismo y la dedicación de los artesanos locales, que han elevado esta tradición a un nivel artístico sin igual.
Junto a ellos, Priego de Córdoba, Villafranca y muchos de los municipios de la provincia convierten a esta zona de Andalucía en uno de los mayores reclamos de Navidad a nivel nacional.
