Hace cinco año cumplió su sueño de debutar en la Liga de Campeones vistiendo la camiseta de la Juventus durante apenas tres días. Hoy, Simone Muratore dice adiós al fútbol con sólo 26 años tras una larga lucha contra un grave tumor cerebral (neurocitoma del ventrículo izquierdo). Era el 11 de diciembre de 2019 cuando el centrocampista, que entonces tenía veintiún años, después de sus primeras experiencias en la Serie C con Next Gen, había sido incorporado por Sarri al equipo de la Juventus que partía hacia Leverkusen para desafiar al Bayer y había entrado al campo en el 92. minuto en lugar de Cuadrado.
Ahora, 1.830 días después, anuncia en Instagram con una conmovedora carta que, pese a haber "intentado volver hasta el final", ya no podrá pisar el césped de un estadio. Su último partido fue el 10 de octubre de 2021 con el Tondela portugués, en el que estaba cedido desde la Atalanta.
En una durísima carta en Instagram el futbolista narra como este agresivo cáncer le obligó a empezar de nuevo y tener que aprender a hablar o caminar.
"Han pasado 3 años desde aquel día, una noticia que surgió de la nada y que cambió mi vida y la de quienes me rodean. Neurocitoma en el ventrículo izquierdo. Momentos de pensamientos, preguntas, enojos. Nunca he derramado una lágrima. Siempre he tratado de hacerme ver fuerte ante los ojos de los demás, desde el día de la noticia hasta la noche anterior a la cirugía, en la habitación con mi madre, la mujer más fuerte que he conocido, cuando rompí a llorar como un niño, con miedo no volver a despertar nunca más o en todo caso despertar y ya no ser el mismo de antes", comienza afirmando Simone Muratore en sus redes sociales.
El jugador relata la dureza de estos años de lucha en los que incluso ha tenido que aprender a andar. "Fueron días, semanas, meses, años de sufrimiento. Tuve que volver a aprender a hablar correctamente, a andar, a correr, a escribir, a leer, a contar, fue como si volviera a ser un niño y tuviera que empezar de nuevo, desde el día cero. Hubo días que hasta me costó levantarme de la cama aunque ya me sentía mejor jugador, lo intenté hasta. al final me costó lágrimas y sudor volver, pero ya no estaba como antes, me di cuenta que todavía tenía la suerte de curarme y estar bien".
"Tuve la suerte de jugar con jugadores extraordinarios, campeones, dentro del campo pero sobre todo fuera del campo, y esto nadie me lo quitará jamás. Agradezco todo lo que he hecho y logrado dentro de ese rectángulo verde, junto a mis compañeros, que luego se convirtieron en mis amigos. Fueron años magníficos, el campo, el vestuario, la pasión, son cosas difíciles de explicar si no las vives en primera persona. Primero que nada agradezco a mi familia por estar siempre a mi lado. Tommaso, mi hijo único y especial que me dio fuerzas para seguir adelante, y finalmente mis amigos. Agradezco a los clubes Juventus, Atalanta y Tondela por estar a mi lado. Se aprende a darle importancia a las cosas cuando estás a un paso de perderlas. La vida es un regalo maravilloso", concluye en una emotiva carta que pone los pelos de punta.