Lo del Líbano es una lágrima constante que espero que alguien corte inmediatamente. No se puede hacer sufrir tanto. Por aquí las cosas están más tranquilas y quiero hacer referencia a la última página de este diario del pasado sábado de mi amigo
Artells, que me llevó a mis años de aprendizaje culé y a recordar momentos que ya tenía olvidados. Leer referencias de
Llaudet, de su estilo impulsivo que un día le llevaron a clausurar todas las secciones porque no había ‘cash’ y sus enfrentamientos con los poderes políticos del momento, que le llevaron a fichar a un internacional brasileño porque le habían prometido que tendría permiso para jugar y al negárselo alguien le preguntó con muy mala idea: ‘¿Y ahora qué hará con
Silva? No hay problema, será mi chófer’, soltó con toda la intención. Y acordarme de sus batallas para recuperar el dinero que valían los terrenos de Les Corts, que se pasaron años viendo jugar a los juveniles porque ninguna autoridad daba permiso para poder construir en aquella zona y que el
Barça se recuperase económicamente de la inversión que había hecho en el Camp Nou. Las batallas de
Narcís de Carreras, hombre bien conectado, franquista, pero que no conseguía separar los poderes políticos de los deportivos en el centro. Y todo esto, con la desgracia en un momento determinado de que, ante un Barça-Madrid se muere de forma súbita el lateral derecho
Julio César Benítez –perdona
Artells pero creo que era uruguayo– , el gran marcador de la amenaza blanca
Gento y disparador de faltas imposibles de detener. Y era una época en que jugabas una final casi siempre en Madrid porque era donde estaba aquel día el jefe supremo. Y luego, la figura de
Pablo Porta, un abogado y presidente de la
Federació Catalana y llegó a la española queriendo suavizar las relaciones del Barça con el poder aunque él era del Espanyol. Y toda esta larga época fue transcurriendo con momentos de gozo y de pena, pero el Barça sigue ahí y debe tener un cambio profundo para que lo que nos espera en el futuro lo podamos afrontar con garantías. Actualmente, el tema legal ha cambiado mucho para en las elecciones llegar a ser presidente, pero reclamo más claridad, apertura y, por ejemplo, en la próxima Asamblea extraordinaria para debatir el contrato con
Nike y que exista la mayor claridad, se olviden del sistema telemático –o por lo menos dejen que sea también presencial– para que podamos volver a aquellos momentos en que el club era del ‘soci’, y no solo de palabra sino de hechos. Yo creo que ya toca.
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